Dojomarcial: 2013

sábado, 21 de diciembre de 2013

Heishu Kata Sanchin de Karate Do, explicación

Explicación del kata Heishu Sanchin de karatedo desde el punto de su objetivo espiritual o místico y que también da nombre esta kata que podríamos traducir como "Tres batallas". Video del kata y video explicativo donde se estudian estos significados de karate interno por el Maestro Andrés Congregado, 7mo Dan de Karatedo.

Para entender con más profundidad lo aquí escrito, recomendamos ver los dos videos que acompañan este artículo.


a) El objeto del estudio de Heishu Kata Sanchin está dirigido a la comprensión del Soplo Vivificante, Chi o Ki.
El ideograma del soplo consta de tres partes y el esfuerzo a realizar para el conocimiento de cada una de esas partes da origen al nombre “Tres batallas”.
La parte superior corresponde a lo no conformado, yang o vapores.
La parte inferior corresponde a lo conformado o yin.
La intermedia es el sentido o puerta de acceso del yang al yin y viceversa.
Básicamente, Sanchin, aunque contenga elementos de las tres partes, podríamos decir que fundamentalmente realiza un estudio de la parte yang.


b) Se nombra el Kata.
La realización de cualquier kata se hace nombrando dicho kata, con lo cual cumplimos con la tradición.
Evangelio de San Juan: “Y en el principio fue la palabra y la palabra era Dios, todo se hizo mediante la palabra”.
En el Génesis podemos leer: Y dijo Dios: “haya luz y hubo luz”.
Se va repitiendo: “dijo… dijo…”, y así durante seis unidades de tiempo.
En la cultura oriental se habla de la energía Yuan qi como expresión de lo celeste.

Se genera en base al yin al yang.
En el principio la palabra existía, y la palabra estaba con Dios, y la palabra era Dios. Todo se hizo por Ella, y sin Ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la vencieron. La palabra era la luz verdadera que ilumina todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y los suyos no la recibieron, pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse Hijos de Dios, a los que creen en su nombre, la cual no nació de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de hombre, sino que nació de Dios. Y la palabra se hizo carne y puso su Morada entre nosotros. Y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo Único, lleno de gracia y de verdad.
(Evangelio de San Juan 1, 1-14)
c) Se adopta la postura de Wuji (sin opuestos).

d) Se crea el yin y el yang.

e) Se le somete a la influencia del cielo y de la tierra.

f) Análisis de los bigramas.


El Tao lo pliega y aparecen los 5 haces de luz.



g) Cuando el hombre se somete a la acción del cielo y la tierra da origen a los trigramas.

Yang Keo y yin Keo : equilibrio. Se van realizando en cada paso
Yang Oe y yin Oe : barreras. Se realizan antes de las mutaciones
Tae mo y Chong mai : Se realizan en la mutación
Ren mai y Du mai : Es la unión de la izquierda y la derecha

h) La unión de la derecha y la izquierda se realiza mediante el hexagrama:
Es el primer sonido y pertenece al SHOU SHAO YANG.

Al ser yang, hay que avanzar.


i) Una vez en la forma realizamos la creatividad del cielo...

...se aplica para aprender a expandir la energía en los distintos niveles: “Camisa de Hierro”

j) Se retrocede para realizar dos movimientos del SHOU JUE YIN
El sonido del color
 Recogida 


El aquietamiento
Expandido


Sherab Tharching

jueves, 19 de diciembre de 2013

Defensa personal: en el Metro, un caso real

Viajando hoy (31/08/2007) en el Metro de Madrid me vi envuelto en un caso de defensa personal en donde en un minuto escaso entró en juego la cobardía, la justicia y la prudencia durante una ataque de dos contra uno.

Foto: Wikipedia, Bullying.

Hoy puede ver claramente la diferencia entre "prudencia" y "cobardía", mientras viajaba en el Metro de Madrid, y era testigo de los hechos que paso a relatar lo más objetivamente posible (luego haré mi interpretación):

En el vagón en el que viajaba pasadas las 11:30hs. de la noche de hoy viernes había dos adolescentes que algunos califican como "kinkis", "grupo" que podríamos denominar de "tribu urbana", si no fuera porque ellos mismos no se sienten parte de grupo o tribu alguna (no hay estructura de organización, ni mucho menos) sino que, como tantos otros subproductos de una sociedad en decadencia, simplemente comparten cierto "gusto", en este caso suelen escuchar música electrónica de discoteca, vestirse y cortarse el pelo parecido, y ser violentos cuando son mayoría y tienen ventaja contra ciertos colectivos.

Estos individuos por alguna razón empezaron a increpar a dos inmigrantes latinoamericanos (probablemente bolivianos o ecuatorianos) que iban visiblemente borrachos pero tranquilos sin molestar a nadie, y que parecía que volvían de trabajar (quizás fueran trabajadores de la construcción o algo por el estilo, por su vestimenta) y seguramente se habían tomado un par de cervezas. En un momento dado el más alto de los "kinkis" le propina un puñetazo a uno de estos, sin motivo aparente...los inmigrantes optan por moverse a otro lado, alejándose de ellos por el vagón, y quedan a un metro de donde estoy yo. Los kinkis lo siguen y cuando están a 2 metros uno de ellos, rápido y violentamente, se cuelga de uno de los pasamanos y le da una patada en la cabeza al mismo inmigrante que había pegado antes...el inmigrante, simplemente levanta el brazo y dice "no, no". A todo esto, la gente del vagón (de todo tipo y color) que iba lleno, lanza exclamaciones, sobre todo las mujeres, pero nadie se mete en el lío. Los dos kinkis se le acercan más al imigrante que seguía de pie (su compañero se había sentado) y le empiezan a pegar en el brazo levantado y a decirle "¡¡quita esa mano!!", y a continuación qeu se tenían que bajar el la próxima estación porque le caían mal y se les había acabado el viaje. Justo el metro frena en la estación, y como los inmigrantes no se bajan, el mismo que le había pegado antes le da tres rápidos puñetazos a la cara/cabeza, al mismo tiempo una mujer se abalanza para intentar deternerlos pero no le da tiempo, y alguien tira de la alarma para frenar el tren antes de que abandone la estación. Al ver esto los kinkis se hablan señalando esto, y se bajan rápido del vagón y desaparecen... La mujer, impresionada, se pone a llorar en el hombro su pareja.

En seguida aparece el conductor del tren, con cara de "estoy harto de venir a desactivar las alarmas de freno los viernes a la noche", y lo hace...la gente le dice lo que pasó, que les pegaron a los inmigrantes (que siguen ahí, y no reaccionaron), pero levanta los hombros como diciendo "¿y a mi que?". El conductor se va, el tren arranca. Me acerco a la puerta porque me bajo en la siguiente estación y aprovecho para preguntarle al inmigrante (que no sangraba ni tenía ninguna marca visible) si estaba bien...me dice que si, que "con eso no me van a matar, yo aguanto más"...entonces me dice "cobardes...nadie hizo nada...yo los hubiera agarrado así..:" y levanta una mano rozándome el cuello y mostrándome como les levantaría la cara, y lo hace otra vez, cosa que impido porque en su borrachera parecía no entender que yo no era uno de ellos, y me estaba por agarrar realmente el cuello...le digo que se quede tranquilo, que hizo bien en no contestarles los golpes, y me bajo del tren.

Ahora, interpretemos estos hechos desde el punto de vista de la defensa personal ¿qué pasó realmente en mi opinión? ¿porqué yo no actué más que como actué?, o dicho de otra forma, ¿qué pasó en esos momentos por mi cabeza?.

Interpretemos primero la reacción global de la gente. No puedo saber obviamente qué pensó cada uno, pero en general parecía que no quisieron intervenir por miedo a verse envueltos en la pelea, a excepción del que tiró la alarma (que no sé quién fue) y de la mujer que intentó hacerlo. Hay que destacar que la impresión que le causó a la mujer la injusticia de que dos personas violentas le pegaran a otra sin motivo, pudo más que su propio instinto de supervivencia, y le hizo intervenir. Esto, en principio muy loable, podría haberle traído muchos problemas, si no fuera porque los inadaptados no le prestaron atención, creo que ni siquiera la vieron, ya que no los llegó a tocar. O sea, desde el punto de vista de la justicia, la mujer, bien. Desde el punto de vista de su defensa personal, mal.

Estaba claro que lo que sucedió era injusto. Sin embargo, la defensa personal no es para los héroes. Lo que yo pensé en ese momento es lo siguiente, en este orden:

- Los dos kinkis se merecen una golpiza por ser una lacra social, y yo se las daría con gusto. Incluso podría servirme de entrenamiento real.

- Son dos, yo soy uno. Si me meto, nadie se va a meter para ayudarme.

- Estoy acompañando a una dama (viajaba acompañado). Si me meto, ella puede resultar herida, y no sólo tendría que probablemente pelear con ellos para evitar que le pegaran al inmigrante, sino que también defender a la chica que iba conmigo. Su cobardía al atacar a una persona en inferioridad de condiciones, porque ellos parecían ir drogados con algún tipo de estimulante, y los inmigrantes borrachos sin poder reaccionar a los golpes, me hacían suponer que no tendrían escrúpulos en pegarle a una mujer.

- Si, pese a todo lo anterior, me meto en la pelea, tendría que lastimarlos gravemente o dejarlos inconscientes rápidamente, porque sino se pondrían muy violentos y las cosas podrían ir a mayores, implicando al resto del vagón atestado (aunque la gente, muy prudentemente, se apartó de la escena durante los breves momentos de lucha). Además, debería ser rápido porque me tenía que bajar en la siguiente estación. Si no lo hiciera así, las cosas se iban a complicar ¿me seguirían? ¿cuáles serían las consecuencias?.

¿Por qué opté entonces? Por quedarme donde estaba, aunque fuera cerca de la pelea, entre esta y la chica que acompañaba, y atento por si estos personajes se percataban de la existencia de nosotros y el resto de las personas (parecía como si estuvieran ellos sólos y los inmigrantes a los que golpeaban, tenían fija la vista en ellos) e intentaban pegarnos o hacer alguna otra estupidez. Internamente pensaba, "ojalá me dieran una excusa para defenderme y darles una paliza..." Realmente me tuve que contener, porque pensaba "...se merecen que los maten o los dejaran tontos a golpes, pero no me conviene meterme, no me conviene...", incluso se lo dije en vos alta a mi acompañante. Si hubiera estado sólo quizás la balanzas se hubiera inclinado por la "justicia", pero incluso así hubiera dudado teniendo en cuenta las circunstancias...

Después de que todo pasó, también pensé en otra cosa: en el metro hay cámaras, si todo que da filmado, podrían incluso denunciarme...ya saben, la justicia a pie de calle no es igual que la justicia de los tribunales...a tener en cuenta para la próxima.

Cuando se trata de defenderse de una golpiza, las cosas suelen desarrollarse muy rápido, pero sin embargo es necesario tomar decisiones que pueden ser determinantes para salir con buen pie. Esta decisiones pueden ser tomadas correctamente por mero instinto de supervivencia (miedo, por ejemplo) o ser el resultado de una rápida elección basada en conocimientos de defensa personal, o incluso de sentido común racional, tras evaluar el escenarios de los hechos. Decisiones erróneas se pueden tomar por orgullo, afán de protagonismo o machismo mal entendido.

Visto "desde afuera" (es decir, no subjetivamente, desde el que tomó la decisión) el resultado final, la actuación del (llamémosle) "miedoso" (los que no se implicaron por simple cobardía) y el "prudente" (los que no lo hacen porque sopesan el mayor costo por sobre las ganancias potenciales), pueden ser iguales.

Pero el primero, el miedoso, no estuvo realmente al mando de la situación, ya que realmente la manejaban sus instintos (salir corriendo, no contestar a los golpes, no intervenir, etc.); mientras que el segundo, relegó sus instintos a un segundo plano, para pensar fríamente si estos le indicaban lo correcto, o incluso (mejor aún) basó su reacción fría en ciertos "reflejos condicionados" ante situaciones de amenaza a su persona, fruto del entrenamiento en artes marciales o defensa personal. Si el resultado del análisis racional de la situación de defensa personal de este último coincide a veces con el reflejo instintivo del primero, es mera coincidencia. La misma casualidad que hace que una persona corra presa del pánico dentro de una manada, y otra corra sabiendo porqué lo hace, hacia donde correr, y cuándo y dónde dejar de hacerlo.

El resultado puede ser el mismo, el considerarlo correcto, fruto de la sabiduría y la experiencia, o simplemente de la suerte. Y, lamentablemente, en defensa personal, no pueden dejarse las cosas libradas a la suerte, que no siempre será buena...

lunes, 16 de diciembre de 2013

Chudan kamae: Diccionario de artes marciales

Chudan kamae : Kamae o postura de guardia con una katana o bokken, traducida literalmente como "guardia" (kamae) media ("chudan").

En esta postura el arma se sostiene con la empuñadura a la altura de la cadera del portador y centrada, y la punta a la altura del cuello del oponente.

Se usa en diferentes artes marciales que utilizan armas de corte, tales como el aikido, el kendo, el kenjutsu, etc. También llamado "Chudan no kamae" o "Chudan gamae".
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miércoles, 4 de diciembre de 2013

La importancia de la respiración en las artes marciales

Más de una vez me preguntaron (y yo me pregunté en su momento) cuál es la importancia de la respiración en las artes marciales, así que voy a dar la visión que tengo actualmente sobre este tema.

Sanchin, un kata de karatedo que se mueve en función de la respiración.

Partamos del hecho de que en toda actividad física o deportiva, la respiración, como base de todas nuestras funciones metabólicas, es sin duda importante. Obviamente si no respiramos bien, no nos oxigenamos bien y, por lo tanto, la sangre no distribuye el oxígeno ni elimina el dióxido de carbono como debiera. La actividad física incluye la actividad mental (ya que el físico está regido por el sistema nervioso, y este es, a su vez, indisociable de lo físico). O sea, la coordinación y los reflejos no es posible si nuestro cerebro no funciona bien, y este no funciona bien si no respiramos bien. Partiendo de este punto de vista racional, es evidente que las artes marciales, como actividad físico-mental, tienen que prestar atención a la respiración.

Pero la respiración es un proceso inconsciente, así que bien podría decirse que no hace falta pensar en ella o trabajarla de forma consciente, como se hace por ejemplo en karatedo, en aikido, etc. Es aquí cuando hay que hablar de otros elementos que, desde el punto de vista marcial y de la meditación, nos aporta una respiración controlada.

Desde el punto de vista anatómico, para poder respirar debemos poner en funcionamiento varios músculos, principalmente el diafragma: cuando el diafragma se contrae y eleva, se inspira, y cuando se distiende y desciende, se espira. A ello ayudan, combinan su fuerza a través de cadenas musculares, los músculos abdominales, entre otros: todos ellos en acción no sólo permiten la respiración, sino también hablar, toser, gritar, defecar, tener un hijo y, en definitiva, concentrar la fuerza en lo que los japoneses llaman el "seika tandem" o el "hara", es decir, el "centro" del cuerpo que se ubica, de forma clásica, tres dedos por debajo del ombligo y a la altura del centro del cuerpo.

Es un hecho que, a partir de la postura del diafragma y los músculos abdominales, se podrá hacer más o menos fuerza al fijar el centro del cuerpo, ya que por allí se cruzan las cadenas musculares que permiten casi todos los movimientos [1]. Por ejemplo, al evitar el descenso del centro del diafragma, transformándolo en un punto fijo, elevamos las costillas y tensamos el abdomen. Estos músculos rodean y estabilizan a su vez lo que es el centro del equilibrio corporal, L3 y L4, vértebras lumbares que son el eje de rotación de la columna. Al mismo tiempo, la respiración va de la mano con la relajación: en función del control voluntario o involuntario del ritmo respiratorio uno puede relajar los músculos, bajar las pulsaciones y entrar, en definitiva, en un estado de relajación...o todo lo contrario, si se eleva dicho ritmo

Recapitulemos: la respiración no sólo es importante de por sí por su función por todos conocida, sino que, a través del diafragma y los músculos abdominales (entre otros) nos permite, además de relajarnos o tensarnos ante una situación determinada, dominar ciertas fuerzas corporales que controlan el equilibrio y permiten, básicamente, mover de forma más o menos eficiente cada músculo del cuerpo, asociado a las cadenas musculares que cruzan por la zona central del tórax y el tronco.

Todos estos hechos racionalizados en la era moderna gracias a la ciencia (medicina, biomecánica, educación física, ciencias aplicadas al deporte, etc.) los conocían en la práctica los maestros de artes marciales mucho antes, de ahí la importancia ineludible que debían darle a la respiración. Al hacer consciente, por tanto, esta actividad inconsciente permitían darle la importancia que tiene en el entrenamiento o la práctica, para luego, en condiciones reales, dejarla otra vez que fluya hacia el inconsciente unida con la técnica marcial, que también termina por desaparecer en movimientos naturales o naturalizados.

Pero los maestros de artes marciales van más allá en su uso de la respiración, ya que para ellos la respiración es un mecanismo fundamental para lograr la meditación y, por lo tanto, trascender el plano físico de las funciones que, hasta ahora vimos (someramente) tiene la respiración sobre el cuerpo humano. Meditar implica controlar la respiración, ya que el control de la respiración equivale al control del pulso, y este al nivel de excitación o tranquilidad del ser humano. En un combate, el autocontrol es algo fundamental, y este punto en común es lo que hizo que la respiración y la meditación se "fundieran" de forma indisociable con las ares marciales: quien controla el miedo a la muerte y lo trasciende puede convertirse en el guerrero perfecto (samurais y su bushido, etc.).

Así, vemos que se han diferenciado muchos formas de respirar, y asociado a diferentes técnicas marciales en diferentes disciplinas y artes. Por ejemplo, se habla de respiración abdominal cuando se acompaña el acto de respirar con una elevación y descenso del abdomen; de respiración sonora exhalando por la boca, cuando esta hace un ruido que proviene del diafragma (de forma similar a la técnica que usan los profesionales del canto para no forzar las cuerdas vocales) o, contrariamente, de respiración imperceptible de tipo nasal, no sonora, muy utilizada en meditación; también se diferencia el hecho de que la respiración vaya en función de los movimientos de un kata, o los movimientos sean, al contrario, regidos por la respiración.

Todas estas formas de respirar tienen una razón marcial y/o mística muy determinada y estudiada por diferentes maestros de arte marciales, y que hace de la respiración muchas veces la pieza fundamental sobre la que, tarde o temprano, descansa el progreso técnico y (lo que es más importante) espiritual de sus practicantes. Por ejemplo, golpear bien inspirando es imposible, solamente podemos golpear espirando o reteniendo el aire, pero nunca inspirando. Este hecho se aplica a la ejecución de muchos movimientos técnicos donde la espiración se asocia a un grito, lo que en artes marciales japonesas es el "kiai".

"Kiai" es, precisamente "ki" (del que ya hablamos) más "ai", lo que se puede traducir como "unión" o "armonización". En la práctica, se usa la expresión para denotar la fuerza de un ataque mediante un grito (espiración) y excede el ámbito de las artes marciales: piensen, por ejemplo, lo que hace un tenista al golpear con la raqueta, o un lanzador de martillo, bala o disco al lanzar su peso, etc. Tradicionalmente el dominio del "kia" busca, en un grito, unir lo físico con lo mental en el momento exacto de equilibrio para vencer así al oponente. Incluso unir su mente con la del oponente, priorizando la voluntad (también "ki") de la más fuerte. Dicho de otra forma: respirar en el momento correcto y de la forma correcta para moverse justo como es preciso.

Para los chinos el "qi" o "chi", para los japoneses "ki", el "prana" de los hindúes, etc., que habitualmente se traduce como "energía vital" o "flujo vital de energía", en sentido amplio, también significa "respiración" "aire", "aliento" o incluso "estado de ánimo", "voluntad" ya que la generación (o, más bien, "captación") de energía interior va, para los orientales en general, asociada al hecho de respirar, y este al estado energético del individuo, lo que hace posible todo lo demás y, desde ya, la práctica equilibrada de las artes marciales, donde precisamente se pone en juego la vida misma.

El aikido es el camino ("do") de la "armonización" (ai) de la "energía" (ki), pero también de la armonización (ai) por medio de la "respiración" (ki), lo que los recuerda al "kiai", ya que, de hecho, es un término equivalente a "aiki", donde simplemente se invierte el orden, siendo tradicionalmente sinónimos.

El karatedo, a su vez, puede entenderse como el camino ("do") de la mano ("te") vacía ("kara"), y lo vacío sólo puede ser llenado con "ki", o solo puede uno ganar energía, renovarla, cuando está vacío o se vacía de su energía interior, aire (respiración, una vez más) a través de la práctica marcial. De hecho, la acción de recoger el puño en karate se asocia a la captación de energía, y luego, lleno de ki, se procede al ataque, para que así cada ataque sea más potente que el anterior. La velocidad con la que se recoja el puño y se inicie el ataque irá asociada a un tipo determinado de respiración, distinguiéndose las siguientes secuencias respiratorias:
  • Tan ton - Tan To : inspiración corta espiración corta. Golpe rápido (explosivo).
  • Cho Ton - Tan To : inspiración larga espiración corta. Golpe lento (potente).
En ellas puede haber períodos de apnea que se conocen como "tai", que pueden ser cortos o largos, dando así otras secuencias respiratorias como:
  • Ton No - Tai : aguantar el aire hasta el momento del impacto del golpe.
  • Do No - Tai : aguantar sin aire para iniciar una defensa ante un ataque durante otro ataque, por ejemplo.

Siendo la respiración el "qi" o, al menos, la principal herramienta para conocer, captar y manejar el "ki", se entiende su papel fundamental en las artes marciales orientales. Porque la respiración es también lo que, al meditar, une o puede ser el centro sobre el que giren los pensamientos, las emociones, los instintos o los estados de ánimo psicofísicos del individuo que medita, lo que algunos maestros asocian con el estado del propio cosmos y su captación por parte del practicante...como si al meditar "respiráramos con el universo".

Teniendo en cuenta podemos entender a algunas artes marciales como, además de como disciplinas físicas, como "meditación en movimiento", podemos comprender entonces porqué se centran en la práctica consciente e inconsciente de respirar de distintas formas y con distintos objetivos, y la importancia que tiene el aire que inspiramos y espiramos, el "hálito vital", en la tradición marcial.


Notas:
[1] Los músculos, pese a lo que puede creerse en un principio con un estudio superficial, no actual nunca de forma individual, sino de forma sinérgica, antagónica o agónica, con otros músculos del cuerpo, en lo que algunos autores han llamado "cadenas musculares".

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Las tres distancias para la defensa


Si lo que buscamos es defender nuestra persona, y no una pelea, es necesario tener en cuenta la distancia entre nosotros y el agresor, y actuar en consecuencia. 


1 - El agresor o agresores se encuentra/n de 5 a 10 metros e insinúa/n un ataque, y no portan armas de fuego o arrojadizas. Reacción lógica: huir corriendo en sentido contrario. 

2 - El agresor o agresores se encuentra/n entre 5 y 2 metros. Reacción lógica: hay dos opciones, huir en sentido contrario, o acercarse y atacar. Para optar entre una de estas acciones, se tendrá en cuenta como cuestión decisiva el factor sorpresa y la cantidad de atacantes.

Si, por ejemplo, se trata de un único atacante y se descuida, debemos correr, atacar no tiene sentido. En cambio, si este redujo la distancia, habiendo nosotros olvidado mantenerla, la opción de correr ya no sería la más válida.

Por supuesto, todo esto sólo es válido mayormente si los atacantes están desarmados.

3 - El agresor se encuentra a una distancia de 2 metros o menos y desarmado. Se debe atacar. Una vez que el agresor haya quedado neutralizado o incapacitado para atacarnos o seguirnos, o la distancia entre nosotros y el o los agresores se haya ampliado, se debe huir.

Las acciones a tomar deben decidirse sin prejuicios sobre la "cobardía", la "hombría", etc., ya que no vienen para nada al caso en materia de defensa personal, y son en general contraproducentes y peligrosos

Esta es una forma de interpretar las distancias pero, por supuesto, no es la única. Dependiendo del arte marcial que practiquemos, entenderemos de distinta forma las distancias, pero lo cierto es que siempre habrá que tenerla en cuenta, al menos de forma insconciente, durante una pelea.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Mejor suponer que es Bruce Lee...

Hace varios años, un profesor de Sipalki con el que compartí una clase me contó un anécdota real que le ocurrió, que me hizo ver la necesidad de pensar en Bruce Lee antes de un encuentro de marcial, sobre todo si se trata de defensa personal.

Foto: Wikipedia.


Este profesor me relató que una vez, estando entrenando en el Jardín Japonés de la Ciudad de Buenos Aires, coincidió con un hombre que practicaba Kung Fu. Le dijo si quería hacer un combate amistoso, y así lo hicieron...pero las cosas subieron de tono (o, quizás, el practicante de kung fu no tuvo el control suficiente) y terminó acorralando contra una pared al profesor de sipalki, y mientras mantenía la pierna estirada a la altura de su cuello, con el canto exterior de un pie lo estranguló y lo durmió...

Momentos más tarde el profesor de sipalki recuperó la consciencia sin daño alguno. Sin embargo esta experiencia, me dijo, le hizo empezar siempre a suponer que cualquiera al que se enfrentara puede ser mejor o más hábil que uno. A mi me gusta decir, para resumir este aprendizaje: "siempre hay que suponer que el otro es Bruce Lee" o, dicho de otra forma, nunca subestimes a tu contrincante, aunque lo conozcas pero, sobre todo, si no sabes nada de él.

Guiarse por las apariencias o por cualquier otro signo exterior en estos casos puede ser contraproducente, más vale ser humildes, aunque esto sea quizás uno de los más difíciles logros que puede alcanzar alguien en el mundo de las artes marciales o la defensa personal, o (todavía más difícil) en el día a día de la vida y en las relaciones con el otro.

jueves, 14 de noviembre de 2013

Aprendiendo a caer y luchar en el suelo

Saber caer para no lesionarse y luchar en el suelo es tan necesario para la defensa personal como saber cuando pelear y cuando no hacerlo, y todo aquel que se interese por esta materia debería aprender unas nociones básicas. Sin embargo, incluso muchos practicantes de determinadas artes marciales tienen pendiente esta asignatura.
 
Práctica de newaza o lucha en el suelo de judo.
Algunas artes marciales prestan atención a la forma de caer o las caídas ("ukemi" en japonés) y a la lucha o técnicas en el suelo ("ne-waza"). Desde el punto de vista de la defensa personal, es importante dominar estos dos aspectos de la lucha por dos razones. La primera, toda pelea callejera suele terminar, casi sin excepción, en el suelo tras una caída. La segunda, la caída suele ser de los dos oponentes, y por lo tanto la lucha sigue y normalmente se define en el suelo.

Pero aunque caigamos solos, primero debemos hacerlo de forma tal que podamos evitar lastimarnos, y además poder seguir defendiéndolos de los ataques, ya sea que nuestro oponente siga en pie o caiga con nosotros. Dominando las caídas y la lucha en el suelo aunque más no sea a nivel básico, tendremos muchas más posibilidades de defendernos mejor el la calle, por el simple hecho de que incluso los que saben pegar no suelen tener esta habilidad, y así podremos aprovechar este punto débil sumándole el factor sorpresa.
En artes marciales como el Aikido o deportes de combate como el Judo, las caídas y la lucha en el suelo (en mayor o menor medida) son algo básico.

Las caídas [1] deben ser aprendidas, porque la forma segura de caer no tiene nada que ver con los reflejos instintivos que tenemos (apoyar las manos), y por lo tanto hay que "reeducar" al cuerpo en este sentido, contradiciendo estos instintos-reflejos hasta que sean reemplazados por nuevos instintos-reflejos automatizados de los ukemis.

Hay que tener en cuenta que este proceso de aprendizaje de los ukemis, al igual que sucede con otras técnicas y sobre todo con las katas, es similar al aprendizaje de la matemáticas. Es decir, no basta sólo con aprender como se hacen los ejercicios, es necesario "hacer ejercicios" muchas veces, practicar y practicar, repetir y repetir (uchicomis) hasta automatizar y pulir el gesto, pudiendo ejecutarlo de forma inconsciente y desde cualquier posición desde la que nos veamos obligados caer.

En Aikido la lucha en el suelo parte de posición de sentados "seiza" para moverse en "shiho", en Judo es más dinámica, continúa de la de suelo. Esto unido a la exigencia de la competición, hace que la lucha en el suelo practicada en Judo sea un aspecto muy trabajado, buscando más la efectividad que los formalismos o la tradición oriental. En el caso del Judo, se llega a tal extremos que algunos luchadores que son muy buenos en ne-waza, intentan llevar a sus contrincantes al suelo, dejándose tirar de forma no puntuable por éste o aprovechando técnicas de pie que están pensadas específicamente para continuarse con técnicas de suelo.

Pero también se da el caso contrario: artistas marciales e incluso judokas que le tienen "terror al suelo", y rehuyen siempre que pueden combatir abajo, ya sea porque su arte marcial no contempla este aspecto del combate, o porque simplemente no lo dominan o se sienten inseguros luchando en el piso. El problema que tienen estos competidores es el mismo que tendrá cualquier atacante que se enfrente a nosotros sin saber caer o luchar en el suelo: si amenazamos con hacerle perder el equilibrio, el miedo a caer le hará estar más inseguro peleando incluso arriba, y por lo tanto afectará a toda su forma de ataque-defensa, dándonos a su vez a nosotros más oportunidades de ganar o defendernos eficazmente.

Notas:
[1] En defensa personal las caídas que interesan son las que son consecuencia de los tirones, golpes, empujones, zancadillas, etc. Por lo tanto, hablamos de caídas de, cuanto mucho, un par de metros. De esta altura relativamente modesta es desde la que se enseña a caer en ciertas artes marciales. Cuando las caídas son desde alturas superiores o en condiciones diferentes (desde un piso, desde un puente, saltando al agua, etc.) no se aplica la misma forma de caer, sino otras pensadas para cada caso y que no tratamos por lo tanto en este artículo.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Defensa personal ante el tabaco, o el dilema del no fumador

Cuando alguien se le pone a fumar al lado sin previo aviso, usted, que no fuma, tiene dos opciones para su defensa personal ante la intoxicación a la que lo someten...o debe decidir el eterno dilema del no fumador.

La opción "A" es decirle a la persona que fuma que por favor no lo haga. El problema de esta opción es que la mayoría de los fumadores lo mandarán a uno en el mejor de los casos a freír espárragos (por decirlo con una metáfora suave...). Si uno es un tipo con suerte, le pedirán disculpas y apagarán el cigarrillo. ¿Qué un desconocido le pregunte antes de encender uno? ¡eso sería casi un milagro!

Hay que considerar que esta opción trae indirectamente un beneficio al fumador, si es que este quiere apagar el cigarrillo, claro...¿se merece un fumador irrespetuoso que nos preocupemos por él aunque más no sea indirectamente? Si el ha elegido intoxicarse y morir lentamente, y no le importa hacer lo mismo con los que lo rodean, incluso en contra de la ley si puede evitarla, ¿por qué tendríamos nosotros que hacerle un favor?

Pero lo peor es que habrá lugares o situaciones donde será casi imposible exigir esto...quedaría uno como un ridículo, y todo se reirían de usted si pretendiera, por ejemplo, que no se fume en un bar o una discoteca donde lo permitan, o exigir a un grupo de personas con caras de pocos amigos que lo hagan cuando uno se encuentra en franca minoría...¿vale la pena intoxicarse por un "beneficio" social o recibir una paliza por intentar que no fumen al lado suyo?...usted no puede entrar a esos lugares si no quiere aspirar humo; ni tampoco permitirse una pelea en inferioridad de condiciones por pretender que no le fumen al lado... Deberá usar entonces la opción "B", o plantearse si no hay otros lugares donde exista ese beneficio sin estar asociado con ese perjuicio.

La opción "B" consiste en alejarse de la persona/s que fuma/n y, sin entrar en enfrentamiento alguno, dejarla que siga con su ritual suicida. Es mi opción preferida.

El problema que tiene es que, por un lado, esta persona sigue pese a todo contaminando el medio ambiente y a otras personas que no desean fumar pero que no pueden alejarse por cuestiones físicas o por inconsciencia del perjuicio que les causa (niños, ancianos. etc.). Por otro lado, muchas veces en lugares cerrados (en edificios, empresas, o nuestra propia casa) o con poco espacio (estaciones de tren, etc.) es literalmente imposible alejarse de una persona que fuma. Aquí no queda otra que volver a la opción "A", cueste lo que cueste.

Si tenemos claro que el fumar es "normal" por culpa de la ignorancia creada por el marketing de las empresas tabacaleras, y transformado en un acto social aceptado como derivado de esa ignorancia con fines comerciales; también tendremos claro que en ningún caso nosotros podremos ser tildados de "intolerantes".

SIEMPRE el intolerante es el fumador, no se puede permitir que alguien decida matarte y pretenda que se lo tolere simplemente porque uno pretende respirar aire puro, lo que SI ES UN DERECHO indudablemente. Todos tenemos derecho a la defensa personal, incluso ante el cigarrillo. Así lo recoge la ley, y lo dice el sentido común.

Espero sus comentarios queridos lectores de Dojomarcial. Compartan y difundan, y si son fumadores, no se enojen, esta es simplemente mi opinión por no serlo ;-)

martes, 5 de noviembre de 2013

Evaluando al maestro, eligiendo al alumno

Evaluar al maestro podría parecer en principio una contradicción, y de hecho en algunos casos lo es. Pero lo cierto es que desde siempre, pero todavía más en los últimos tiempos, el alumno debe elegir a su maestro, al margen de que el maestro también elija a su alumno.
 
Como el proceso de enseñanza-aprendizaje es uno y mutuo, si el educando no ejerciera su derecho de elección, el resultado sería educativo sería el de "adoctrinamiento", o simplemente el fracaso de la enseñanza, ambas cosas poco deseables en una sociedad democrática (o que aspire a serlo) al menos.

Por supuesto el derecho de evaluar al maestro no es ilimitado y propio de todos. Los menores de edad claramente no está en condiciones de hacerlo. Los adultos, por su parte, tienen la obligación de hacer esta elección cuando buscan una oferta educativa, y aunque lo primero es elegir la institución donde uno aprenderá, cada vez es más normal elegir también los maestros o profesores, ya sea por un proceso perfectamente contemplado en las normas del centro educativo, o informalmente, por el simple "desprecio-aprecio" que a largo plazo van ganando ciertos maestros o profesores como consecuencia de sus actitudes, su profesionalidad, su capacidad para enseñar, su sabiduría, etc.

Así, vemos que en muchas universidades es normal elegir a ciertos profesores dentro de una misma asignatura, y cambiar de profesor o de asignatura en caso de que este no cumpla nuestras expectativas, sin que esto afecte a nuestro currículum académico o a los tiempos calculados para terminar una carrera, ya que está contemplado como una práctica común y reglada.

En el caso de la enseñanza no formal, no académica o que se guía por reglas internas estipuladas por federaciones, asociaciones o grupos, como suele ser la enseñanza deportiva o de las artes marciales, a veces este proceso de elección del profesorado no está contemplado formalmente, pero se hace con la misma o mayor facilidad incluso. Porque evidentemente alguien que paga a una institución privada para aprender algo (club, gimnasio, academia, etc.) y no se siente cómodo con aquel o aquellos que enseñan, simplemente abandona el curso o la clase, deja de pagar y se va.

Como vivimos, la elección es la primera evaluación posible, y no se trata de algo que se hace solamente cuando empezamos una actividad educativa, sino que es un proceso constante, ya que los profesores son personas que (como todos) van cambiando, para bien o para mal. Pero hay que hacer algunas salvedades o aclaraciones sobre cuál es la capacidad de evaluación del alumno de sus profesores, y hasta donde puede llegar.

Debemos recalcar antes que nada lo que dijimos al principio: el proceso educativo es una actividad que atañe tanto a alumnos como a profesores, y esto significa que los profesores y/o las instituciones educativas también eligen a sus alumnos.

En efecto, está claro que no cualquier persona puede acceder a cualquier tipo de educación. Esto muchas veces es lamentable, además de ser un hecho.

Es de lamentar que un "limitador" o "discriminador" de alumnos sea su capacidad económica, por ejemplo. O el simple hecho de haber nacido en determinado país que tiene muy pocas posibilidades de darle una buena oferta educativa. O el tener determinado estatus social, determinados padres, determinada, en fin, suerte o fortuna. Ciertamente si alguien no tiene dinero para pagar unas clases o no tiene un lugar donde poder estudiar, difícilmente podrá aprender. 

Pero otras veces la limitación a cierto tipo de educación es justa y razonable, ya que lo que se persigue es elegir a los mejores entre los candidatos a un cierto tipo de enseñanza.

Para ejemplificar lo anterior, pongamos el caso de las artes marciales. Tradicionalmente el alumno o "discípulo" era elegido por el profesor o "maestro". Al menos esa es la idea que se tiene hoy en día, incluso los que no saben de artes marciales o solamente las conocen por las películas. Sin embargo, lo cierto es que la cosa no era tan sencilla ni tan "unilateral". Por un lado, los maestros tenían muchas razones para elegir a sus alumnos, siendo una de ellas la de la cantidad de alumnos que podían tener si querían realmente dar una buena instrucción. Otra era quizás la necesidad de mantener esos conocimientos marciales, que muchas veces no se limitaban a la "violencia", sino todo lo contrario (meditación, zen, etc.) en el círculo de su familia. 

Esto último nos lleva al tema que más nos interesa: el de la aptitud del alumno o su capacidad de aprender y preservar un arte que al ser en este caso realmente peligroso (la capacidad de matar a alguien) no se le podía enseñar a cualquiera. Es decir, la "elección" del alumno busca garantizar que éste tendrá una cierta capacidad de esfuerzo y de persistencia para aprender, por un lado, y de responsabilidad o "moral" para no aplicar negativamente lo aprendido, o saber aplicarlo bien.

En el caso de la educación universitaria, esas "condiciones y responsabilidades iniciales" que un alumno debe cumplir, se miden con una nota de ingreso. Y así, en muchos países solamente se puede optar a ingresar a ciertas carreras universitarias si se tiene la nota adecuada, siendo la nota más exigente la de la carrera con más "demanda".

Sin embargo, actualmente, la enseñanza de las artes marciales contemporáneas está al mismo nivel que la enseñanza obligatoria en muchos países, y esto para mal. Ahora los límites están marcados muchas veces antes por el dinero que se tiene para poder pagar una clase y por la capacidad de las aulas para albergar alumnos (que no es la misma que la capacidad que tiene un profesor de tener alumnos y atenderlos individualmente a todos, sino mucho mayor). Es decir, la enseñanza se ha masificado, y eso tiene su lado negativo.

Masificar las clases es degradar un sistema educativo, ya que antes que todos tengan una educación mediocre, es preferible trabajar para que todos la tengan de calidad, es decir, "nivelar hacia arriba" no "hacia abajo".
 
Este límite está marcado por la experiencia y/o sabiduría del profesor. Porque un alumno adulto puede evaluar hasta cierto punto la capacidad de un profesor para enseñar en función de sus resultados (de si aprender o de que la mayoría aprenda), pero lo que no puede es juzgar a un profesor sobre conocimientos que él (el propio alumno) no posee. En resumen, no es lógico hablar sobre lo que no se sabe, mucho menos emitir juicios de valor sobre ello.

En la práctica esto significa que un alumno puede estar atento a si las clases que sigue le satisfacen o cubren las expectativas que tiene. Si esto no ocurre (ya sea porque no está buscando lo que el profesor enseña, o porque considera que el profesor no lo enseña de forma adecuada en comparación a otras ofertas educativas) obrará en consecuencia, se cambiará de clase, de curso, etc. Pero mientras lo anterior no ocurra, el alumno dentro de la clase debe respetar la autoridad y la sabiduría del profesor, que nunca deberá cuestionar en público por una cuestión de respeto y de lógica aplastante: se va a una clase para aprender de un profesor, no para intentar enseñarle. 

Y esto también hace referencia a la posibilidad de que no entendamos lo que el profesor explica. Porque esto bien puede ser un problema nuestros y no del profesor. Para salir de dudas sobre si se trata de un problema del profesor o nuestro, solamente hace falta ver o compararse con otros alumnos que tengan nuestros mismos intereses en la clase en cuestión, y si estos alumnos también se sienten defraudados, sin duda o el profesor no explica bien, o la clase no es para nosotros, lo que en la práctica implica lo mismo: no debemos estar ahí, hay que cambiar. 

Esto, que parece una verdad evidente, tautológica, muchos lo pasan por algo. Vemos así que en muchos casos alumnos que se creen "aventajados" se dedican a criticar abierta o subrepticiamente a su profesor. Esta actitud no tiene que ser nunca toleradas por sus compañeros, y mucho menos por el propio profesor si se entera de ella, ya que mina la propia autoridad del que es el responsable de que todos aprendan, y crea un ambiente de "chusmerio" o "marujeo" propio de el mercado, no de una clase a donde se va a aprender. 

Las criticas al profesorado por parte del alumnado son, por cierto, imprescindibles. Si un maestro eligiera a sus alumnos, y estos no pudieran elegir a su maestro, estaríamos hablando de adoctrinamiento, y en algunos casos incluso de fanatismo ciego o esclavitud, algo de lo que se han aprovechado muchos líderes, gurús y tiranos. Pero hay un momento y lugar para todo, incluso para las críticas. Y por eso la evaluación del maestro es algo personal que debe implicar decisiones personales, y no servir nunca para faltar el respeto a aquel que se dedica a enseñar, si es que de verdad se dedica a enseñar, y no a adoctrinar. 

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Saludos desde Dojomarcial Dojukai!

lunes, 4 de noviembre de 2013

Hasso kamae: Diccionario de artes marciales

Hasso kamae : Ver Hasso no kamae.
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Hasso no kamae: Diccionario de artes marciales

Hasso no kamae : Kamae o postura de guardia con una katana o bokken, traducida literalmente como kamae en "todas las direcciones", en referencia a las 8 direcciones de corte clásicas.



En hasso kame se debe estar en hidari hanmi, manteniendo el arma perpendicular al suelo con el mango a la altura del hombro derecho, y el filo en dirección al atacante. Se usa en diferentes artes marciales que utilizan armas de corte, tales como el aikido, el kendo, el kenjutsu, etc. También llamado "Hasso no kamae" o "Hasso gamae".

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Kisa: Diccionario de artes marciales

Kisa : Postura arrodillado utilizada en artes marciales como postura de ataque en el suelo o postura intermedia para ponerse de pie.



La postura kisa se logra estando de rodillas, con estas separadas aproximadamente a la altura del ancho de la cadera, y apoyando al mismo tiempo la base de los dedos del pie (falanges), deforma tal que el pie quede elevado, flexionado hacia arriba sobre la articulación distal del metatarso, y con los gluteos apoyados sobre los talones. En aikido a partir de esta postura se realiza el desplazamiento en shikko.

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Saya: Diccionario de artes marciales

Saya: Vaina o funda de una katana.
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Katana: Diccionario de artes marciales

Katana : Sable tradicional japonés.

Sable usado originalmente por los bushi o samurais y utilizado tradicionalmente y en la actualidad en la práctica de muchas artes marciales japonesas antiguas y modernas.

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viernes, 1 de noviembre de 2013

Defensa personal contra ataques irracionales

No toda agresión o ataque físico tiene que ser un ataque con un sentido o un objetivo, lo que podríamos entender más o menos como racional o calculado para lograr algo por la fuerza. Algunas agresiones no tienen ninguna racionalidad por parte del atacante, pero desde el punto de vista de la defensa personal hay que encontrarles la lógica, sea o no racional. Sobre esto reflexionamos en este artículo.
 
Tenemos dos tipos o extremos de ladrones, los de guante blanco, y los que pasaremos a llamar los de "mano sucia".

El ladrón de guante blanco es el ladrón con clase, con una ética o un código bien establecido sobre los límites de sus acciones delictivas y el compañerismo entre "profesionales" del robo. El ladrón de guante blanco ideal es aquel que planifica un robo, estafas, secuestro, etc. y lo ejecuta con total perfección: sin ejercer violencia y sin que haya víctimas o afectados de ningún tipo, donde la única pérdida es económica para el afectado, el haber logrado el ladrón una gran cantidad de dinero. Esta acción suele ejecutarse típicamente contra una institución financiera, personas con mucho dinero, etc. con cierto espíritu digno de Robin Hood en muchos casos.

En el polo opuesto, el ladrón de mano sucia es el ladrón "vulgar". En esta caso el ladrón de mano sucia ideal no tiene moral ni ley, y (lo que es más importante) llega incluso a manifestar una actitud ajena de toda lógica, autodestructiva en muchos casos, una accionar irracional que motiva el análisis de este articulo. Esta irracionalidad puede ser consecuencia de la falta de criterio, del a ignorancia, de embriaguez en sentido amplio o simplemente de la falta de amor por su propia vida que deriva en actitudes muchas veces manifiestamente suicidas.

Cuando la ignorancia, la enfermedad mental o las drogas se combinan con la delincuencia, el resultado puede ser realmente peligroso para las víctimas, porque lo que podría esperarse como "normal" en estos casos, se trastocan totalmente, llegando los agresores a atacar o incluso a matar cuando en teoría no hay ninguna necesidad de ello.

Para entender esto, pensemos cuales son las reacciones normales racionales ante hechos delictivos, y comparémoslas con las que no lo son:

 Reacciones lógicas:
  • - Atraco: cuando a uno lo atracan, si acata las ordenes de los atacantes, estos simplemente huyen con el botín.
  • - Secuestro: en caso de secuestro, se devuelve a al/los secuestrado/s a cambio del rescate, y mientras tanto se los trate relativamente bien.
  • - Robo: al robar domicilios vacíos, lo lógico es que se lleven lo robado lo antes posible.
 Reacciones ilógicas:
  • - Atraco: se producen agresiones o incluso asesinatos de las víctimas pese a su total cooperación.
  • - Secuestro: se tortura, maltrata o asesina a los secuestrados incluso antes de poder cobrar el secuestro, o después de haberlo cobrado.
  • - Robo: se destruye las propiedades que podrían ser robadas in situ. 

Anticiparse a la irracionalidad

Quizás el único sentido de la famosa doctrina del gobierno de Bush conocida como "guerra preventiva", sea su extrapolación a los casos de defensa personal contra ataques irracionales de los que hablamos en este artículo. Uno no puede esperar reaccionar ante la irracionalidad, hay que tratar de adelantarse a su posibilidad, prevenir porque curar puede que una vez ocurrida la desgracia sea realmente imposible.

Con esto me refiero, concretamente a que en estos casos, como decía Sun Tzu, , a que "ataque es preparase para la defensa". Pongamos algunos ejemplos concretos:
  • - Atraco: amenaza de una persona claramente drogada por estimulantes con un arma blanca o de fuego. Lo normal sería cooperar esperando su retirada, en este caso habrá que cooperar esperando su ataque o que baje la guardia para dejarlo fuera de combate a ser posible.
  • - Secuestro: cuando lo normal sería, como secuestrados, pensar en esperar que las autoridades resuelvan el problema, en estos casos habrá que ver si es posible huir o incluso atacar e incapacitar a nuestros secuestradores. Muchas veces será imposible o difícil, pero siempre tendremos que tener en cuenta esta posibilidad por si se presenta.
  • - Robo: considerar dejar defensas activas en nuestra casa (trampas) en casos de robos reiterados, con destrozos, etc., no es algo descabellado ni mucho menos. Puede que la ley no esté "muy de acuerdo" con esto en algunos países...pero lo cierto es que si la propias fuerzas de seguridad no hacen nada por protegernos, sin duda tendremos que hacerlo nosotros de alguna manera.

 Algunos consejos adicionales

- La tranquilidad lo es todo en defensa personal. En la defensa contra ataques irracionales será, además, lo que nos diferencie y nos de una mayor ventaja sobre nuestro atacantes, que por definición acatarán de forma caótica y burda, aunque muy agresiva. Por lo tanto, habrá que estar atento, y buscar el momento de la reacción, confiando que reflejos entrenados serán normalmente mejores y más rápidos que reflejos embotados dirigidos sin lógica alguna.

- El ataque deberá ser contundente, ya que con suficiente droga en la sangre podríamos sorprendernos del castigo que una persona puede aguantar. Los golpes, luxaciones, etc., por lo tanto, deberán ser realmente incapacitantes, no sólo disuasorios.

- Las personas en un estado de enajenación mental por la causa que fuere, pueden no sentir dolor. Las inmovilizaciones o controles deberán ser 100% físicos, es decir, buscando la incapacidad funcional, no la supuesta reacción en función de lo que consideramos "debería" dolerle a una persona en condiciones normales.

- En el caso de uso de armas de fuego, deberá dispararse primero y avisar después. Por supuesto, esto solamente se hará en condiciones de supervivencia que justifiquen los posibles problemas legales que esto nos traerá en el futuro.

- No olvide que la ética deseable en situaciones de defensa personal puede tener que obviarse en estos casos. Si se piensa fríamente se dará cuenta que siempre será mejor tener que lidiar con cuestiones legales a posteriori, que usted o su familia tenga que ocuparse de trámites funerarios...

- Lo verdaderamente difícil será determinar cuándo esta ética de la defensa personal podrá infrigirse en caso ambiguos. Pero tenga por seguro que la mayoría de los casos de ataque irracionales son claros, usted verá claramente y sin duda alguna el riesgo y el peligro para su seguridad o la de los suyos. Aquí, entonces, lo verdaderamente importante será que haya practicado y entrenado como resolver situaciones de este tipo con técnicas y tácticas concretas, algo que deberemos aprender de uno o más maestros de artes marciales competentes.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Capoeria: más arte que marcial

A los que les gusta bailar y moverse, disfrutar de la música y aprender a también cómo hacer música, la Capoeira es mucho más que un artes marcial, en sentido estricto.
 
Video que muestra una exibición de capoeira donde lo que prima es la música y el sentimiento.
 
Normalmente se describe a la capoeira como el arte marcial de Brasil. Pero aunque bien podemos denominarla un arte marcial (se "simula" una lucha, no tiene competición y puede ser aplicada a la defensa) como bien define Wikipedia, la Capoeira es en realidad un "expresión cultural brasileña" que se internacionalizó.
Movimientos de capoeira.
 
La Capoeria tiene dos rasgos que la diferencian de cualquier otro arte marcial: la música es inseparable de su práctica, y se originó como un arte practicado por esclavos negros provenientes de Portugal, y que se "exportaban" a Brasil. Así, se distancia totalmente de toda arte marcial oriental (india, coreana, japonesa o china), pudiendo afirmar que es en realidad un "arte marcial" (forma de expresión - música - danza) africana.

sábado, 19 de octubre de 2013

El sentido de las katas en las artes marciales

Aquellos que ven a las artes marciales desde fuera, por desconocerlas, y aquellos que las ven desde dentro, por ignorar muchos de sus fundamentos, ven a las katas [1] como una simple forma más de práctica asociadas con la estética...esto es una simplificación, y vamos a aclarar acá porqué.

 

Las katas o formas ceremoniales tienen una fundamental razón de ser que va mucho más allá de lo lindo que es verlas ejecutadas correctamente. Esta razón es simple y lógica: mantener la técnica a lo largo del tiempo.
Algunos pueden pensar que de esto se encarga la práctica de toda arte marcial en su conjunto, pero esto no es así, y lo es aún menos desde el momento en que existe la competición.

Para empezar, cada maestro tiene su forma de ver una técnica y por lo tanto de explicar y/o ejecutar una técnica al enseñarla. Como es lógico, los profesores adaptan la técnica o el estilo a su cuerpo (tamaño, peso, etc.) y a sus posibilidades físicas (flexibilidad, fuerza, etc.). Esto no sólo está bien, sino que es inevitable, y sería ficticio pretender que todos hagamos las técnicas iguales, como fuéramos robots hechos en serie y no seres humanos. Pero por otro lado, aquí vemos el riesgo que se corre de perder en los detalles la idea fundamental o original que le da el porqué a cada técnica, llave, proyección o golpe (porque cada estilo y cada forma tiene un porqué físico y entendible), ante esto vemos el valor las katas, ellas intentan mantener vivos y fijos (dentro de lo posible, adaptados a cada artista marcial) los fundamentos de cada técnica.

Este razón de ser de las katas todavía cobra más importancia cuando uno ve (con tristeza en mi caso) como las competencias desvirtúan las técnicas en pro de "el ganar". Ganar parece ser el objetivo de todo deporte competitivo, cuando inicialmente no era así, y mucho menos en las artes marciales, donde lo principal era que estas nos den una filosofía en el sentido amplio, nos beneficien en todos los aspectos de nuestra vida, y no simplemente nos sirvan para coleccionar trofeos y medallas.


En algunas artes marciales se compite haciendo katas, y aunque exista incluso allí cierta desvirtuación de las posturas técnicas en función de la estética, al no haber contacto con el rival (las katas se hacen de forma aislada, por parejas o individualmente) la posibilidad de pervertir la técnica debido al mal uso de la fuerza o circunstancias externas prácticamente no existe.

Pero la aplicación de la técnica correcta en las katas no es inmutable, tiene también una historia de variaciones en el tiempo. Esto no significa que cada uno tenga que hacer las katas "como le parezca" o modificarlas a placer. Eso se lo reserva a grandes maestros, y al paso de lo siglos.

Por otro parte, aunque suele describirse a las katas como ejercicios o coreografías basadas en combates reales, esto no es del todo cierto. El objetivo de la práctica de las técnicas en las katas es muy variado, y no necesariamente claro. De hecho, muchas katas tienen movimientos que buscan ser adrede crípticos, algo que los maestros en la antiguedad hacían para evitar que las técnicas fueran conocidas por otros maestros, clanes, familias o escuelas rivales. La secuencia de movimientos, por tanto, no significa necesariamente la defencia ante ataques consecutivos de un mismo o varios atacantes: las interrupciones, cambios de ritmo, distancias, pausas y otras cuestioes son pistas que nos pueden indicar que en realidad el kasta afronta distintas situaciones que no tiene que ser correlativas en tiempo y lugar.

Así es como la correcta técnica de una kata tiene, además, un sentido que puede aplicarse a distintas facetas del arte marcial en cuestión, dependiendo de cada kata. Uno de los sentidos de la técnica puede ser la defensa o el ataque, otro la práctica de la respiración y/o la meditación zen, o incluso la forma con determinados fines místicos y (por supuesto) estéticos. Estos sentidos son siempre ne alguna medida complementarios, pero normalmente una kata suele priorizar uno de ellos, y con esa idea debe encararse.

Más allá de ser una tradición y una forma de cultura (de transmición cultural), estos son los sentidos prácticos (y no tan prácticos) fundamentales de las katas, y por eso deben preservarse. Por eso aplaudimos la realización de competencias de katas donde se prioriza precisamente el aspecto técnico de su ejecución, y por una vez gana o ganan aquél/llos que dominan mejor técnicamente el arte marcial y no los que buscan meramente una belleza dictada por la moda contemporanea e influida por la competición deportiva donde lo único importante es ganar.
 
Notas:
[1] En este artículo utilizamos el género femenino para hablar de "kata". Sin embargo, somos conscientes de que en algunos países de habla hispana, dependiendo de la región, del maestro, etc., se habla de las katas en masculino. En realidad, creemos que esta diferencia semántica no importa demasiado, ya que la palabra es una transliteración del japones no existente originalmente en el idioma castellano.

sábado, 12 de octubre de 2013

Consejos de Defensa Personal: ¿qué arte marcial es la mejor? "mi arte marcial es la mejor"


Al momento de elegir un arte marcial, guíese por su gusto, no por la efectividad que sea predicada por dicha arte marcial, ya que esta siempre es relativa y la opinión que reciba al respecto será más o menos imparcial dependiendo de los conocimientos marciales (nunca absolutos ni definitivos) o del arte marcial practicada por el que se la recomiende.


Por eso recuerde: desconfíe de aquellos que dicen "mi arte marcial es la mejor". Porque con ellos ocurre algo parecido a lo que pasa con las distintas religiones: cada una afirma que su Dios es el único que existe y el poseedor de la única verdad.

La realidad demuestra que de todas las artes marciales puede aprenderse algo en materia de defensa personal y deportiva. Aunque por supuesto, "el que mucho abarca, poco aprieta", por lo que en algo hay que especializarse.

En definitiva, habrá buenos o malos artistas marciales en cada arte marcial. Y todo buen artista marcial podrá llegar a un alto estándar en la disciplina en la que se desarrolle...o no superar la mediocridad...todo depende de la práctica. Queda a criterio de cada uno, luego, evaluar qué considera que es más o menos efectivo, en función de los conocimientos adquiridos.

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viernes, 11 de octubre de 2013

Waki gatame: Diccionario de artes marciales

Waki gatame: Retención o control (gatame) con la axila.

Técnica usada en Judo y en Aikido, que consiste en controlar la articulación del codo con la axila, al tiempo que se inmoviliza el brazo en cuestión por la muñeca del adversario con las dos manos. Util también para controlar un ataque con cuchillo, tanto o arma blanca y desarmar al atacante, pudiendo la técnica continuar y finalizar en el suelo (ne waza).

En aikido se conoce también con el nombre de "Rokkyo".
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jueves, 10 de octubre de 2013

Kata te ryo te dori: Diccionario de artes marciales

Kata te ryo te dori : Ver "Katate ryote dori".
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Ushiro katate dori kubi shime: Diccionario de artes marciales

Ushiro katate dori kubi shime : Técnica de ataque de aikido.

Ténica que busca estrangular ("shime") a un adversario por atrás ("ushiro") con el antebrazo su cuello ("kubi") al tiempo que se agarra su muñeca ("katate dori").

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miércoles, 9 de octubre de 2013

Dejar de sentir dolor para seguir luchando

El dolor es, según la teoría más aceptada, una forma de aviso que el cuerpo pone en marcha para que intentemos evitar algún tipo de daño que estemos recibiendo...llegando a ser incapacitante con el objetivo de reducir ese daño. El problema es que a veces este mecanismo reflejo puede jugar en contra de nuestra supervivencia...

Cuando nos torcemos un tobillo el dolor nos hace desistir de caminar...salvo que estemos dispuestos a sufrir. El cuerpo da por sentado que si no hay un motivo más imperativo que obligue a movernos pese a sentir ese dolor, lo mejor será quedarnos dejar la parte lesionada quieta. Un mecanismo defensivo, eso es el dolor.

Pero a veces será necesario hacer caso omiso de la alerta del "algia" que nos afecte. Si, volviendo al ejemplo del esguince de tobillo, se nos viene una avalancha encima, una tormenta eléctrica nos amenaza o nos persigue un animal salvaje, el dolor pasará (o "tendrá" que pasar) a segundo plano, la prioridad es la supervivencia, no el confort.

De hecho, existe lo que podríamos llamar un "contramecanismo" o un "contrainstinto" que hace que bajo una situación de estrés que tomemos suficientemente en serio, el dolor se "anule" inconscientemente de forma automática. Es lo que se suele explicar como "la liberación de mayores cantidades de adrenalina".

Muchas artes marciales consideran que el mecanismo defensivo del dolor puede entrenarse para prescindir de él durante un combate o una lucha, ayudando al cuerpo a estar preparado para la defensa o el ataque, aún antes de que la dosis de adrenalina instintiva haga su efecto. Para esto algunas de estas artes marciales buscan, por ejemplo, endurecer ciertas parte del cuerpo, pero casi todas directa o indirectamente hacen lo mismo con la mente: la "entrenan" para aprender a desenvolverse "sin dolor" (miedo) bajo situaciones de lucha o combate.

Las artes marciales duras fortalecen a base de "endurecimiento" (ejercicios de kotekitai en karate) o, en el caso extremo, de "auto-lesiones", las partes críticas del cuerpo usadas para atacar, junto con aquellas en la que se espera un ataque. Vemos así como se golpean sistemáticamente superficies duras para endurecer los nudillos (makiwara), formando cayos; se raspa con palos las tibias para buscar la insensibilidad de estas haciendo las patadas más peligrosas; se trabajan los músculos dorsales para contener patadas; se reciben o se paran golpes con palos con los antebrazos o abdomen, etc. Métodos hay muchos, pero la idea es la misma: sufrir cierto castigo "dosificado" para hacerse relativamente insensible preparándose para el momento en que haya que defenderse de un ataque mayor.

Sin embargo, existe otra forma de encarar la búsqueda del "no-dolor" durante un combate, y es esquivando el dolor, no dejar que este se produzca, buscando que la fuerza del enemigo o rival se redirija hacia sí mismo. La famosa metáfora, el historia oriental que cuenta que "un árbol grande y duro se rompe ante una gran tormenta, un junco aparentemente débil y flexible la resiste". La flexibilidad (ju), y el ceder a la fuerza en beneficio del ataque o la defensa (chikara-no-oyo) es por lo tanto otra forma de entender un combate lucha.

Algunas artes marciales combinan ambos estilo, sacando lo mejor de cada una de ellas: la flexibilidad y la fortaleza, una forma de combate dura y blanda al mismo tiempo, según sea necesario. Esta sería, según entiendo, la forma ideal de entrenamiento marcial.