Pero aunque caigamos solos, primero debemos hacerlo de forma tal que podamos evitar lastimarnos, y además poder seguir defendiéndolos de los ataques, ya sea que nuestro oponente siga en pie o caiga con nosotros. Dominando las caídas y la lucha en el suelo aunque más no sea a nivel básico, tendremos muchas más posibilidades de defendernos mejor el la calle, por el simple hecho de que incluso los que saben pegar no suelen tener esta habilidad, y así podremos aprovechar este punto débil sumándole el factor sorpresa.
En artes marciales como el Aikido o deportes de combate como el Judo, las caídas y la lucha en el suelo (en mayor o menor medida) son algo básico.
Las caídas [1] deben ser aprendidas, porque la forma segura de caer no tiene nada que ver con los reflejos instintivos que tenemos (apoyar las manos), y por lo tanto hay que "reeducar" al cuerpo en este sentido, contradiciendo estos instintos-reflejos hasta que sean reemplazados por nuevos instintos-reflejos automatizados de los ukemis.
Hay que tener en cuenta que este proceso de aprendizaje de los ukemis, al igual que sucede con otras técnicas y sobre todo con las katas, es similar al aprendizaje de la matemáticas. Es decir, no basta sólo con aprender como se hacen los ejercicios, es necesario "hacer ejercicios" muchas veces, practicar y practicar, repetir y repetir (uchicomis) hasta automatizar y pulir el gesto, pudiendo ejecutarlo de forma inconsciente y desde cualquier posición desde la que nos veamos obligados caer.
En Aikido la lucha en el suelo parte de posición de sentados "seiza" para moverse en "shiho", en Judo es más dinámica, continúa de la de suelo. Esto unido a la exigencia de la competición, hace que la lucha en el suelo practicada en Judo sea un aspecto muy trabajado, buscando más la efectividad que los formalismos o la tradición oriental. En el caso del Judo, se llega a tal extremos que algunos luchadores que son muy buenos en ne-waza, intentan llevar a sus contrincantes al suelo, dejándose tirar de forma no puntuable por éste o aprovechando técnicas de pie que están pensadas específicamente para continuarse con técnicas de suelo.
Pero también se da el caso contrario: artistas marciales e incluso judokas que le tienen "terror al suelo", y rehuyen siempre que pueden combatir abajo, ya sea porque su arte marcial no contempla este aspecto del combate, o porque simplemente no lo dominan o se sienten inseguros luchando en el piso. El problema que tienen estos competidores es el mismo que tendrá cualquier atacante que se enfrente a nosotros sin saber caer o luchar en el suelo: si amenazamos con hacerle perder el equilibrio, el miedo a caer le hará estar más inseguro peleando incluso arriba, y por lo tanto afectará a toda su forma de ataque-defensa, dándonos a su vez a nosotros más oportunidades de ganar o defendernos eficazmente.
Notas:
[1] En defensa personal las caídas que interesan son las que son consecuencia de los tirones, golpes, empujones, zancadillas, etc. Por lo tanto, hablamos de caídas de, cuanto mucho, un par de metros. De esta altura relativamente modesta es desde la que se enseña a caer en ciertas artes marciales. Cuando las caídas son desde alturas superiores o en condiciones diferentes (desde un piso, desde un puente, saltando al agua, etc.) no se aplica la misma forma de caer, sino otras pensadas para cada caso y que no tratamos por lo tanto en este artículo.
[1] En defensa personal las caídas que interesan son las que son consecuencia de los tirones, golpes, empujones, zancadillas, etc. Por lo tanto, hablamos de caídas de, cuanto mucho, un par de metros. De esta altura relativamente modesta es desde la que se enseña a caer en ciertas artes marciales. Cuando las caídas son desde alturas superiores o en condiciones diferentes (desde un piso, desde un puente, saltando al agua, etc.) no se aplica la misma forma de caer, sino otras pensadas para cada caso y que no tratamos por lo tanto en este artículo.
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