Explicación del kata Heishu Sanchin de karatedo desde el punto de su objetivo espiritual o místico y que también da nombre esta kata que podríamos traducir como "Tres batallas". Video del kata y video explicativo donde se estudian estos significados de karate interno por el Maestro Andrés Congregado, 7mo Dan de Karatedo.
Para entender con más profundidad lo aquí escrito, recomendamos ver los dos videos que acompañan este artículo.
a) El objeto del estudio de Heishu Kata
Sanchin está dirigido a la comprensión del Soplo Vivificante, Chi o
Ki.
El ideograma del soplo consta de tres
partes y el esfuerzo a realizar para el conocimiento de cada una de
esas partes da origen al nombre “Tres batallas”.
La parte superior corresponde a lo no
conformado, yang o vapores.
La parte inferior corresponde a lo
conformado o yin.
La intermedia es el sentido o puerta de
acceso del yang al yin y viceversa.
Básicamente, Sanchin, aunque contenga
elementos de las tres partes, podríamos decir que fundamentalmente
realiza un estudio de la parte yang.
b) Se nombra el Kata.
La realización de cualquier kata se
hace nombrando dicho kata, con lo cual cumplimos con la tradición.
Evangelio de San Juan: “Y en el
principio fue la palabra y la palabra era Dios, todo se hizo mediante
la palabra”.
En el Génesis podemos leer: Y dijo
Dios: “haya luz y hubo luz”.
Se va repitiendo: “dijo… dijo…”,
y así durante seis unidades de tiempo.
En la cultura oriental se habla de la
energía Yuan qi como expresión de lo celeste.
Se genera en base al yin al yang.
En el principio la palabra existía, y la palabra
estaba con Dios, y la palabra era Dios. Todo se hizo por Ella, y sin
Ella no se hizo nada de cuanto existe. En ella estaba la vida, y la
vida era la luz de los hombres, y la luz brilla en las tinieblas y
las tinieblas no la vencieron. La palabra era la luz verdadera que
ilumina todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba y el
mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a su casa y
los suyos no la recibieron, pero a todos los que la recibieron les
dio poder de hacerse Hijos de Dios, a los que creen en su nombre, la
cual no nació de sangre, ni de deseo de carne, ni de deseo de
hombre, sino que nació de Dios. Y la palabra se hizo carne y puso su
Morada entre nosotros. Y hemos visto su gloria, gloria que recibe del
Padre como Hijo Único, lleno de gracia y de verdad.
(Evangelio de San Juan 1, 1-14)
c) Se adopta la postura de Wuji (sin
opuestos).
d) Se crea el yin y el yang.
e) Se le somete a la influencia del cielo
y de la tierra.
f) Análisis de los bigramas.
El Tao lo pliega y aparecen los 5 haces
de luz.
g) Cuando el hombre se somete a la acción
del cielo y la tierra da origen a los trigramas.
Yang Keo y yin Keo :
equilibrio. Se van realizando en cada paso
Yang Oe y yin Oe :
barreras. Se realizan antes de las mutaciones
Tae mo y Chong mai : Se
realizan en la mutación
Ren mai y Du mai : Es la
unión de la izquierda y la derecha
h) La unión de la derecha y la izquierda
se realiza mediante el hexagrama:
Es el primer sonido y
pertenece al SHOU SHAO YANG.
Al ser yang, hay que
avanzar.
i) Una vez en la forma realizamos la
creatividad del cielo...
...se aplica para aprender a expandir
la energía en los distintos niveles: “Camisa de Hierro”
j) Se retrocede para realizar dos
movimientos del SHOU JUE YIN
Viajando hoy (31/08/2007) en el Metro de Madrid me vi envuelto en un caso de defensa personal en donde en un minuto escaso entró en juego la cobardía, la justicia y la prudencia durante una ataque de dos contra uno.
Foto: Wikipedia, Bullying.
Hoy puede ver claramente la diferencia entre "prudencia" y "cobardía", mientras viajaba en el Metro de Madrid, y era testigo de los hechos que paso a relatar lo más objetivamente posible (luego haré mi interpretación):
En el vagón en el que viajaba pasadas las 11:30hs. de la noche de hoy viernes había dos adolescentes que algunos califican como "kinkis", "grupo" que podríamos denominar de "tribu urbana", si no fuera porque ellos mismos no se sienten parte de grupo o tribu alguna (no hay estructura de organización, ni mucho menos) sino que, como tantos otros subproductos de una sociedad en decadencia, simplemente comparten cierto "gusto", en este caso suelen escuchar música electrónica de discoteca, vestirse y cortarse el pelo parecido, y ser violentos cuando son mayoría y tienen ventaja contra ciertos colectivos.
Estos individuos por alguna razón empezaron a increpar a dos inmigrantes latinoamericanos (probablemente bolivianos o ecuatorianos) que iban visiblemente borrachos pero tranquilos sin molestar a nadie, y que parecía que volvían de trabajar (quizás fueran trabajadores de la construcción o algo por el estilo, por su vestimenta) y seguramente se habían tomado un par de cervezas. En un momento dado el más alto de los "kinkis" le propina un puñetazo a uno de estos, sin motivo aparente...los inmigrantes optan por moverse a otro lado, alejándose de ellos por el vagón, y quedan a un metro de donde estoy yo. Los kinkis lo siguen y cuando están a 2 metros uno de ellos, rápido y violentamente, se cuelga de uno de los pasamanos y le da una patada en la cabeza al mismo inmigrante que había pegado antes...el inmigrante, simplemente levanta el brazo y dice "no, no". A todo esto, la gente del vagón (de todo tipo y color) que iba lleno, lanza exclamaciones, sobre todo las mujeres, pero nadie se mete en el lío. Los dos kinkis se le acercan más al imigrante que seguía de pie (su compañero se había sentado) y le empiezan a pegar en el brazo levantado y a decirle "¡¡quita esa mano!!", y a continuación qeu se tenían que bajar el la próxima estación porque le caían mal y se les había acabado el viaje. Justo el metro frena en la estación, y como los inmigrantes no se bajan, el mismo que le había pegado antes le da tres rápidos puñetazos a la cara/cabeza, al mismo tiempo una mujer se abalanza para intentar deternerlos pero no le da tiempo, y alguien tira de la alarma para frenar el tren antes de que abandone la estación. Al ver esto los kinkis se hablan señalando esto, y se bajan rápido del vagón y desaparecen... La mujer, impresionada, se pone a llorar en el hombro su pareja.
En seguida aparece el conductor del tren, con cara de "estoy harto de venir a desactivar las alarmas de freno los viernes a la noche", y lo hace...la gente le dice lo que pasó, que les pegaron a los inmigrantes (que siguen ahí, y no reaccionaron), pero levanta los hombros como diciendo "¿y a mi que?". El conductor se va, el tren arranca. Me acerco a la puerta porque me bajo en la siguiente estación y aprovecho para preguntarle al inmigrante (que no sangraba ni tenía ninguna marca visible) si estaba bien...me dice que si, que "con eso no me van a matar, yo aguanto más"...entonces me dice "cobardes...nadie hizo nada...yo los hubiera agarrado así..:" y levanta una mano rozándome el cuello y mostrándome como les levantaría la cara, y lo hace otra vez, cosa que impido porque en su borrachera parecía no entender que yo no era uno de ellos, y me estaba por agarrar realmente el cuello...le digo que se quede tranquilo, que hizo bien en no contestarles los golpes, y me bajo del tren.
Ahora, interpretemos estos hechos desde el punto de vista de la defensa personal ¿qué pasó realmente en mi opinión? ¿porqué yo no actué más que como actué?, o dicho de otra forma, ¿qué pasó en esos momentos por mi cabeza?.
Interpretemos primero la reacción global de la gente. No puedo saber obviamente qué pensó cada uno, pero en general parecía que no quisieron intervenir por miedo a verse envueltos en la pelea, a excepción del que tiró la alarma (que no sé quién fue) y de la mujer que intentó hacerlo. Hay que destacar que la impresión que le causó a la mujer la injusticia de que dos personas violentas le pegaran a otra sin motivo, pudo más que su propio instinto de supervivencia, y le hizo intervenir. Esto, en principio muy loable, podría haberle traído muchos problemas, si no fuera porque los inadaptados no le prestaron atención, creo que ni siquiera la vieron, ya que no los llegó a tocar. O sea, desde el punto de vista de la justicia, la mujer, bien. Desde el punto de vista de su defensa personal, mal.
Estaba claro que lo que sucedió era injusto. Sin embargo, la defensa personal no es para los héroes. Lo que yo pensé en ese momento es lo siguiente, en este orden:
- Los dos kinkis se merecen una golpiza por ser una lacra social, y yo se las daría con gusto. Incluso podría servirme de entrenamiento real.
- Son dos, yo soy uno. Si me meto, nadie se va a meter para ayudarme.
- Estoy acompañando a una dama (viajaba acompañado). Si me meto, ella puede resultar herida, y no sólo tendría que probablemente pelear con ellos para evitar que le pegaran al inmigrante, sino que también defender a la chica que iba conmigo. Su cobardía al atacar a una persona en inferioridad de condiciones, porque ellos parecían ir drogados con algún tipo de estimulante, y los inmigrantes borrachos sin poder reaccionar a los golpes, me hacían suponer que no tendrían escrúpulos en pegarle a una mujer.
- Si, pese a todo lo anterior, me meto en la pelea, tendría que lastimarlos gravemente o dejarlos inconscientes rápidamente, porque sino se pondrían muy violentos y las cosas podrían ir a mayores, implicando al resto del vagón atestado (aunque la gente, muy prudentemente, se apartó de la escena durante los breves momentos de lucha). Además, debería ser rápido porque me tenía que bajar en la siguiente estación. Si no lo hiciera así, las cosas se iban a complicar ¿me seguirían? ¿cuáles serían las consecuencias?.
¿Por qué opté entonces? Por quedarme donde estaba, aunque fuera cerca de la pelea, entre esta y la chica que acompañaba, y atento por si estos personajes se percataban de la existencia de nosotros y el resto de las personas (parecía como si estuvieran ellos sólos y los inmigrantes a los que golpeaban, tenían fija la vista en ellos) e intentaban pegarnos o hacer alguna otra estupidez. Internamente pensaba, "ojalá me dieran una excusa para defenderme y darles una paliza..." Realmente me tuve que contener, porque pensaba "...se merecen que los maten o los dejaran tontos a golpes, pero no me conviene meterme, no me conviene...", incluso se lo dije en vos alta a mi acompañante. Si hubiera estado sólo quizás la balanzas se hubiera inclinado por la "justicia", pero incluso así hubiera dudado teniendo en cuenta las circunstancias...
Después de que todo pasó, también pensé en otra cosa: en el metro hay cámaras, si todo que da filmado, podrían incluso denunciarme...ya saben, la justicia a pie de calle no es igual que la justicia de los tribunales...a tener en cuenta para la próxima.
Cuando se trata de defenderse de una golpiza, las cosas suelen desarrollarse muy rápido, pero sin embargo es necesario tomar decisiones que pueden ser determinantes para salir con buen pie. Esta decisiones pueden ser tomadas correctamente por mero instinto de supervivencia (miedo, por ejemplo) o ser el resultado de una rápida elección basada en conocimientos de defensa personal, o incluso de sentido común racional, tras evaluar el escenarios de los hechos. Decisiones erróneas se pueden tomar por orgullo, afán de protagonismo o machismo mal entendido.
Visto "desde afuera" (es decir, no subjetivamente, desde el que tomó la decisión) el resultado final, la actuación del (llamémosle) "miedoso" (los que no se implicaron por simple cobardía) y el "prudente" (los que no lo hacen porque sopesan el mayor costo por sobre las ganancias potenciales), pueden ser iguales.
Pero el primero, el miedoso, no estuvo realmente al mando de la situación, ya que realmente la manejaban sus instintos (salir corriendo, no contestar a los golpes, no intervenir, etc.); mientras que el segundo, relegó sus instintos a un segundo plano, para pensar fríamente si estos le indicaban lo correcto, o incluso (mejor aún) basó su reacción fría en ciertos "reflejos condicionados" ante situaciones de amenaza a su persona, fruto del entrenamiento en artes marciales o defensa personal. Si el resultado del análisis racional de la situación de defensa personal de este último coincide a veces con el reflejo instintivo del primero, es mera coincidencia. La misma casualidad que hace que una persona corra presa del pánico dentro de una manada, y otra corra sabiendo porqué lo hace, hacia donde correr, y cuándo y dónde dejar de hacerlo.
El resultado puede ser el mismo, el considerarlo correcto, fruto de la sabiduría y la experiencia, o simplemente de la suerte. Y, lamentablemente, en defensa personal, no pueden dejarse las cosas libradas a la suerte, que no siempre será buena...
Chudan
kamae : Kamae o postura de guardia con una katana o bokken, traducida
literalmente como "guardia" (kamae) media ("chudan").
En
esta postura el arma se sostiene con la empuñadura a la altura de la
cadera del portador y centrada, y la punta a la altura del cuello del
oponente.
Se
usa en diferentes artes marciales que utilizan armas de corte, tales
como el aikido, el kendo, el kenjutsu, etc. También llamado "Chudan
no kamae" o "Chudan gamae".
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Más de una vez me preguntaron (y yo me
pregunté en su momento) cuál es la importancia de la respiración
en las artes marciales, así que voy a dar la visión que tengo
actualmente sobre este tema.
Sanchin, un kata de karatedo que se mueve en función de la respiración.
Partamos del hecho de que en toda
actividad física o deportiva, la respiración, como base de todas
nuestras funciones metabólicas, es sin duda importante. Obviamente
si no respiramos bien, no nos oxigenamos bien y, por lo tanto, la
sangre no distribuye el oxígeno ni elimina el dióxido de carbono
como debiera. La actividad física incluye la actividad mental (ya
que el físico está regido por el sistema nervioso, y este es, a su
vez, indisociable de lo físico). O sea, la coordinación y los
reflejos no es posible si nuestro cerebro no funciona bien, y este no
funciona bien si no respiramos bien. Partiendo de este punto de vista
racional, es evidente que las artes marciales, como actividad
físico-mental, tienen que prestar atención a la respiración.
Pero la respiración es un proceso
inconsciente, así que bien podría decirse que no hace falta pensar
en ella o trabajarla de forma consciente, como se hace por ejemplo en
karatedo, en aikido, etc. Es aquí cuando hay que hablar de otros
elementos que, desde el punto de vista marcial y de la meditación,
nos aporta una respiración controlada.
Desde el punto de vista anatómico,
para poder respirar debemos poner en funcionamiento varios músculos,
principalmente el diafragma: cuando el diafragma se contrae y eleva,
se inspira, y cuando se distiende y desciende, se espira. A ello
ayudan, combinan su fuerza a través de cadenas musculares, los
músculos abdominales, entre otros: todos ellos en acción no sólo
permiten la respiración, sino también hablar, toser, gritar,
defecar, tener un hijo y, en definitiva, concentrar la fuerza en lo
que los japoneses llaman el "seika tandem" o el "hara",
es decir, el "centro" del cuerpo que se ubica, de forma
clásica, tres dedos por debajo del ombligo y a la altura del centro
del cuerpo.
Es un hecho que, a partir de la postura
del diafragma y los músculos abdominales, se podrá hacer más o
menos fuerza al fijar el centro del cuerpo, ya que por allí se
cruzan las cadenas musculares que permiten casi todos los movimientos
[1]. Por ejemplo, al evitar el descenso del centro del diafragma,
transformándolo en un punto fijo, elevamos las costillas y tensamos
el abdomen. Estos músculos rodean y estabilizan a su vez lo que es
el centro del equilibrio corporal, L3 y L4, vértebras lumbares que
son el eje de rotación de la columna. Al mismo tiempo, la
respiración va de la mano con la relajación: en función del
control voluntario o involuntario del ritmo respiratorio uno puede
relajar los músculos, bajar las pulsaciones y entrar, en definitiva,
en un estado de relajación...o todo lo contrario, si se eleva dicho
ritmo
Recapitulemos: la respiración no sólo
es importante de por sí por su función por todos conocida, sino
que, a través del diafragma y los músculos abdominales (entre
otros) nos permite, además de relajarnos o tensarnos ante una
situación determinada, dominar ciertas fuerzas corporales que
controlan el equilibrio y permiten, básicamente, mover de forma más
o menos eficiente cada músculo del cuerpo, asociado a las cadenas
musculares que cruzan por la zona central del tórax y el tronco.
Todos estos hechos racionalizados en la
era moderna gracias a la ciencia (medicina, biomecánica, educación
física, ciencias aplicadas al deporte, etc.) los conocían en la
práctica los maestros de artes marciales mucho antes, de ahí la
importancia ineludible que debían darle a la respiración. Al hacer
consciente, por tanto, esta actividad inconsciente permitían darle
la importancia que tiene en el entrenamiento o la práctica, para
luego, en condiciones reales, dejarla otra vez que fluya hacia el
inconsciente unida con la técnica marcial, que también termina por
desaparecer en movimientos naturales o naturalizados.
Pero los maestros de artes marciales
van más allá en su uso de la respiración, ya que para ellos la
respiración es un mecanismo fundamental para lograr la meditación
y, por lo tanto, trascender el plano físico de las funciones que,
hasta ahora vimos (someramente) tiene la respiración sobre el cuerpo
humano. Meditar implica controlar la respiración, ya que el control
de la respiración equivale al control del pulso, y este al nivel de
excitación o tranquilidad del ser humano. En un combate, el
autocontrol es algo fundamental, y este punto en común es lo que
hizo que la respiración y la meditación se "fundieran" de
forma indisociable con las ares marciales: quien controla el miedo a
la muerte y lo trasciende puede convertirse en el guerrero perfecto
(samurais y su bushido, etc.).
Así, vemos que se han diferenciado
muchos formas de respirar, y asociado a diferentes técnicas
marciales en diferentes disciplinas y artes. Por ejemplo, se habla de
respiración abdominal cuando se acompaña el acto de respirar con
una elevación y descenso del abdomen; de respiración sonora
exhalando por la boca, cuando esta hace un ruido que proviene del
diafragma (de forma similar a la técnica que usan los profesionales
del canto para no forzar las cuerdas vocales) o, contrariamente, de
respiración imperceptible de tipo nasal, no sonora, muy utilizada en
meditación; también se diferencia el hecho de que la respiración
vaya en función de los movimientos de un kata,
o los movimientos sean, al contrario, regidos por la respiración.
Todas estas formas de respirar tienen
una razón marcial y/o mística muy determinada y estudiada por
diferentes maestros de arte marciales, y que hace de la respiración
muchas veces la pieza fundamental sobre la que, tarde o temprano,
descansa el progreso técnico y (lo que es más importante)
espiritual de sus practicantes. Por ejemplo, golpear bien inspirando
es imposible, solamente podemos golpear espirando o reteniendo el
aire, pero nunca inspirando. Este hecho se aplica a la ejecución de
muchos movimientos técnicos donde la espiración se asocia a un
grito, lo que en artes marciales japonesas es el "kiai".
"Kiai" es, precisamente "ki"
(del que ya hablamos) más "ai", lo que se puede traducir
como "unión" o "armonización". En la práctica,
se usa la expresión para denotar la fuerza de un ataque mediante un
grito (espiración) y excede el ámbito de las artes marciales:
piensen, por ejemplo, lo que hace un tenista al golpear con la
raqueta, o un lanzador de martillo, bala o disco al lanzar su peso,
etc. Tradicionalmente el dominio del "kia" busca, en un
grito, unir lo físico con lo mental en el momento exacto de
equilibrio para vencer así al oponente. Incluso unir su mente con la
del oponente, priorizando la voluntad (también "ki") de la
más fuerte. Dicho de otra forma: respirar en el momento correcto y
de la forma correcta para moverse justo como es preciso.
Para los chinos el "qi" o
"chi", para los japoneses "ki", el "prana"
de los hindúes, etc., que habitualmente se traduce como "energía
vital" o "flujo vital de energía", en sentido amplio,
también significa "respiración" "aire",
"aliento" o incluso "estado de ánimo",
"voluntad" ya que la generación (o, más bien,
"captación") de energía interior va, para los orientales
en general, asociada al hecho de respirar, y este al estado
energético del individuo, lo que hace posible todo lo demás y,
desde ya, la práctica equilibrada de las artes marciales, donde
precisamente se pone en juego la vida misma.
El aikido es el camino ("do")
de la "armonización" (ai) de la "energía" (ki),
pero también de la armonización (ai) por medio de la "respiración"
(ki), lo que los recuerda al "kiai", ya que, de hecho, es
un término equivalente a "aiki", donde simplemente se
invierte el orden, siendo tradicionalmente sinónimos.
El karatedo, a su vez, puede entenderse
como el camino ("do") de la mano ("te") vacía
("kara"), y lo vacío sólo puede ser llenado con "ki",
o solo puede uno ganar energía, renovarla, cuando está vacío o se
vacía de su energía interior, aire (respiración, una vez más) a
través de la práctica marcial. De hecho, la acción de recoger el
puño en karate se asocia a la captación de energía, y luego, lleno
de ki, se procede al ataque, para que así cada ataque sea más
potente que el anterior. La velocidad con la que se recoja el puño y
se inicie el ataque irá asociada a un tipo determinado de
respiración, distinguiéndose las siguientes secuencias
respiratorias:
Tan ton - Tan To : inspiración corta
espiración corta. Golpe rápido (explosivo).
Cho Ton - Tan To : inspiración larga
espiración corta. Golpe lento (potente).
En ellas puede haber períodos de apnea
que se conocen como "tai", que pueden ser cortos o largos,
dando así otras secuencias respiratorias como:
Ton No - Tai : aguantar el aire hasta
el momento del impacto del golpe.
Do No - Tai : aguantar sin aire para
iniciar una defensa ante un ataque durante otro ataque, por ejemplo.
Siendo la respiración el "qi"
o, al menos, la principal herramienta para conocer, captar y manejar
el "ki", se entiende su papel fundamental en las artes
marciales orientales. Porque la respiración es también lo que, al
meditar, une o puede ser el centro sobre el que giren los
pensamientos, las emociones, los instintos o los estados de ánimo
psicofísicos del individuo que medita, lo que algunos maestros
asocian con el estado del propio cosmos y su captación por parte del
practicante...como si al meditar "respiráramos con el
universo".
Teniendo en cuenta podemos entender a
algunas artes marciales como, además de como disciplinas físicas,
como "meditación en movimiento", podemos comprender
entonces porqué se centran en la práctica consciente e inconsciente
de respirar de distintas formas y con distintos objetivos, y la
importancia que tiene el aire que inspiramos y espiramos, el "hálito
vital", en la tradición marcial.
Notas:
[1] Los músculos, pese a lo que puede
creerse en un principio con un estudio superficial, no actual nunca
de forma individual, sino de forma sinérgica, antagónica o agónica,
con otros músculos del cuerpo, en lo que algunos autores han llamado
"cadenas musculares".