Dojomarcial: enero 2015

jueves, 29 de enero de 2015

Ante un tiroteo: corra, escóndase o pelee

Estas que parecen recomendaciones básicas de defensa personal o supervivencia ante un tiroteo, pueden parecer obvias y evidentes, pero no lo son tantos durante momentos de pánico.

Aquí un video de las autoridades de un estado estadounidenses explican mejor estos conceptos y porqué es conveniente seguir estas acciones en este orden para poder sobrevivir.


Si se encuentra en un lugar público y tiene la mala suerte de que a algún individuo se le ocurre empezar a disparar al azar contra las personas, un concepto importante a tener en cuenta es la diferencia entre ocultarse y cubrirse. Ocultarse o esconderse solamente implica intentar pasar desapercibido ante el atacante, pero no nos defiende si, voluntariamente o por error, una bala vuela en nuestra dirección. En cambio, cubrirse significa estar tras un obstáculo que sea capaz no sólo de ocultarnos sino, sobre todo, de parar una bala del atacante. 

Aunque el tipo de parapeto que necesitaremos variaría de acuerdo a la munición o potencia de fuego del agresor, lo cierto es que, en general, hay que tender a ocultarse tras paredes de ladrillo, cemento o concreto lo más gruesas posibles; o tras la parte frontal de los automóviles, interponiendo el motor entre nosotros y el agresor, por ejemplo. Olvídese de puertas de oficina o de vehículos, ya que (salvo que sean blindadas) suelen ser traspasadas con facilidad por las balas.

jueves, 15 de enero de 2015

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal (III)

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal, entendiendo esta como un punto de partida teórico para el estudio de situaciones infinitas e impredecibles en la práctica en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Tercera Parte.

INDICE
  1. La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa
  2. Definiciones y conceptos 
  3. Estructura estratégica para una defensa personal ideal. 
  4. Estructura táctica para una defensa personal ideal. 
  5. Estructura técnica para una defensa personal idea (distintos tipos de ataques, ataques con o sin armas, lo que no hay que hacer). 
  6. Defensa ante un ataque sin armas o con armas blancas (postura de defensa, esquiva, control, bloqueo, golpes, luxaciones, proyecciones, estrangulaciones, lucha en el suelo, desarmar, huir, etc.).

  • Defensa ante un ataque sin armas o con armas blancas.

La defensa ideal ante un ataque individual, desarmado o con armas blancas, debe ser rápida y eficaz, teniendo en cuenta que muchas veces perder tiempo puede significar problemas (otros ataques, llegada de las autoridades, etc.) y fallar o hacer las cosas mal ser contraproducente.

Teniendo en cuenta esto, una vez no podamos evitar el ataque en sí, la defensa personal debe seguir idealmente el siguiente orden de actuación, que dividiré en distintos pasos para un estudio más claro, pero que son pasos que en la realidad se funden en una continuidad indisociable llamada "técnica".

0 - Postura de defensa.

Si no fuimos asaltados por sorpresa, deberemos adoptar una postura para defendernos ante el posible ataque. Aunque sobre la postura a adoptar hay tantas opiniones como estilos marciales, diré aquí lo que considero básico, lo que implica ofrecer la menor superficie posible de nuestro cuerpo al agresor, al tiempo que buscamos mantener un buen equilibrio y estar dispuestos para la defensa.

Esto implica una postura natural, manteniendo las piernas abiertas más o menos una anchura igual a la de nuestra cadera o espalda (a la altura de los hombros), y ladear el torso para enfrentar al atacante de costado, aunque con la cadera de frente a su dirección. A su vez, la pierna y el brazo de un lado (el menos dominante, o el que corresponda según la situación) deben estar atrasados respecto de los del otros, que apuntarán en dirección al oponente. Es decir, la clásica postura de guardia de las artes marciales que, con el brazo y la pierna "fuertes" atrasados, permite desplazarse (esquivar) y dar golpes o patadas con contundencia manteniendo el equilibrio.  

1 - Esquiva.

Como regla general, si vamos a recibir un golpe, sea con la parte del cuerpo que fuere, si lo vemos venir con suficiente antelación, lo ideal es salir de su trayectoria, esquivarlo. Los desplazamientos en cualquier dirección, hechos con velocidad, son imprescindibles para esquivar un ataque, por eso hay que entrenarlos con regularidad, son la base de toda defensa personal cuerpo a cuerpo.

Aclaremos que esquivar no significa necesariamente retroceder o dar un paso al costado. También se puede esquivar hacia adelante, entrando y anticipándose a la fase de descarga del ataque, anulándolo durante el proceso.

Por tanto, si realmente nos anticipamos al golpe, en vez de esquivar "saliendo", debemos "entrar" hacia el oponente, buscando anular su ataque antes de que se produzca con un golpe, una luxación, derribo, etc.

Esquivar saliendo también puede culminar en una inmovilización, proyección, luxación o control del atacante sin necesidad de golpes u otras acciones.

Si logramos algunas de estas acciones de esquiva-control, pasaremos directamente al punto 5 (está desarmado). Si solo logramos una esquiva, seguiremos con los puntos siguientes.

Hay que aclarar que lograr una esquiva con acción de control al mismo tiempo es realmente difícil, y sólo está al alcance de aquellos artistas marciales o practicantes de defensa personal con muchos años de entrenamiento, e incluso así, en la realidad no es siempre posible, depende en gran medida de las circunstancias: el agresor, la atención que estemos prestando a sus acciones, la visibilidad, etc.

2 - Control.

Si se trata de una persona armada con un arma blanca (cuchillo, palo, etc.), luego de esquivar habrá que controlarlo a partir del brazo que tiene el arma. Esto debe ser ejecutado sólo si se domina, y en caso de la menor duda lo mejor será esquivar y correr.

Como regla general, no nos jugaremos a defendernos contra un ataque con cuchillo o pistola salvo que sea un último recurso inevitable: no hay que olvidar que todo el dinero del mundo no vale nuestra vida, y que por muy bien que nos salga una defensa de este tipo en los entrenamientos, un error en la realidad puede ser mortal y no habrá una segunda oportunidad. No es tener miedo, es ser realista.

En caso de llevar a cabo el control del brazo armado, deberá aprovecharse a ser posible la propia fuerza del ataque para desestabilizar o desequilibrar al oponente, para luego aplicar una luxación. Si se puede se desarmaremos y nos apropiaremos del arma del atacante en este momento, sino habrá que continuar (ver punto 4 en adelante) para desarmar una vez éste caiga al suelo.

Por último, siempre tener en mente que el control es sobre el oponente, no sobre su arma (si la hubiere) o sobre la extremidad que nos atacó. De otra forma, un control de un brazo, por ejemplo, habilitaría al atacante a continuar atacando con una pierna o con el otro brazo. El control debe anular cualquier tipo de ataque posterior del agresor, de su cuerpo como una unidad.

3 - Bloqueo.

Si no pudimos evitar el golpe esquivándolo, hay que bloquearlo. En mi visión marcial, el bloqueo es solamente un complemento o reaseguro a la esquiva, en caso de que esta no fuera efectiva.

Como de antemano no sabremos si vamos a poder esquivarlo o no (sobre todo en el caso de golpes verdaderamente rápidos) el acto de esquivar-bloquear, debe ser indisociable, pero nunca el segundo (bloquear) prescindir o adelantarse al primero (esquivar), ya que si el bloqueo no funciona, en algunos casos puede ser mortal (armas blancas, golpes a puntos vitales).

En caso de luego pensar o dejar la posibilidad para agarrar brazos o pierna para luxar o derribar al oponente, es recomendable hacer el bloqueo con la mano abierta para ya estar predispuesto a ello con mayor velocidad, fluidez y naturalidad. Contrariamente, si lo que pretendemos después es golpear con la mano cerrada, el bloqueo debe ser con la mano en puño.

Al bloquear una patada, un golpe circular (más potente y difícil de controlar debido a la inercia que ganan gracias a la fuerza centrífuga) o un ataque con un arma blanca, una opción recomendable si no se pueden esquivar es bloquearlos con ambos brazos o antebrazos, no con uno sólo, que podría resultar fracturado o lesionado.

A niveles avanzados, el bloqueo y el golpe pueden darse al mismo tiempo, al unísono. Como todo, esto requiere una particular destreza fruto de la práctica. En karate, un golpe se considera tanto una defensa como un ataque, con esa mentalidad se encara la contundencia de las defensas.

4 - Golpe.

Después de esquivar-bloquear, hay que golpear para retomar la iniciativa y disuadir al atacante en su intento, y al mismo tiempo prepararlo para reducirlo de ser necesario. Como dije anteriormente, esto puede haberse hecho paralelamente al hecho de esquivar.

Este golpe no será necesariamente definitivo, sino en principio lo que podríamos llamar un golpe de "ablande" o "de apertura", que también sirve como primer recurso para desorientar al atacante en caso de tener que zafar de un agarre o presa hecha por éste a uno de nuestros brazos, ropa, cuello, etc. Por supuesto, con "golpe" aquí me refiero a uno efectuado con cualquier parte del cuerpo, incluyendo golpes de puño, patadas, codazos, rodillazos, cabezazos y un largo etc.

Hay que tener claro los puntos vulnerables o incapacitantes [3], ya sea para utilizarlos o para evitarlos en caso de no querer causar un daño mayor: corazón (golpeado), clavículas (rotas), boca del estómago (golpeado, asfixia), hígado, zonas erógenas, rodillas, tibias, dedos (para pistola, armas blancas).

5 - Luxar / Proyectar (derribar).

Luxar una articulación es muy efectivo como técnica de defensa personal. Lo mismo ocurre con los "lances" o "proyecciones" típicas del judo y el aikido, que permiten usar la gravedad, la fuerza y el peso de nuestro atacante a nuestro favor, para poder derribarlo al suelo. En ambos casos, por supuesto, hay que saber como hacerlo y haberlo practicado antes de aplicarlo en una situación real de defensa. Si no se conocen este tipo de técnicas, hay que pasar directamente al siguiente paso.

El "poner la pata" o "hacer zancadilla" es la forma más fácil de derribar a una persona, por lo que hay que tenerla siempre en cuenta. En lo que a las luxaciones se refiere, cuanto más chica sea la articulación, más fácil será luxarla, lo que significa que el orden en que deben intentarse las luxaciones en defensa personal en función de su facilidad de ejecución es el siguiente:

- dedos.
- muñeca.
- codo.
- hombro.
- rodilla.

Las técnicas de este tipo no tienen que aplicarse necesariamente después de la esquiva, bloqueo y/o golpe, sino que pueden ser paralelos a cualquiera de ellas.

No olvidemos que el tirar a una persona al suelo puede ser mortal, sobre todo si esta no sabe caer de forma segura (realizar un "ukemi"), si la superficie del piso es irregular o con obstáculos, etc. Una técnica de proyección aplicada "en serio", por tanto, tiene que ser un último recurso.


6a - Inmovilizar, controlar o rematar.

Si esquivamos, proyectamos y/o luxamos, lo más probable es que podamos continuar el movimiento inmovilizando, controlando o rematando (dando un golpe más contundente o luxando) a la persona ya en el suelo. Lo mejor es siempre intentar inmovilizar (controlar), para no caer en abusos de autoridad injustificados (desde el punto de vista legal).

Sin embargo, en el caso de que se trate de un ataque de más de una persona, o de atacantes muy violentos y/o con armas blancas, el golpe o la luxación de remate será posiblemente inevitable para dejar a la persona al menos lo suficientemente conmocionada (lesión incapacitante) para que ya no sea una preocupación para nuestra defensa.

Por otro lado, hay que considerar que el hecho de inmovilizar a alguien, implica quedarse en el lugar para recibir ayuda, atar sus manos y/o piernas, trasladarlo a la comisaría, etc., salvo que se disponga de unas esposas, lo que en muchos países no es legal, y en cualquier caso no necesariamente las tendremos encima.

Recuerde (para evitarlos, antes que para utilizarlos) los principales puntos vulnerables mortales (golpeando): las sienes, la base de la nariz, el entrecejo, la arteria carótida, la garganta (o nuez de adán). 

6b - Desarmar.

En caso de que el ataque haya sido con arma blanca o de fuego, la defensa será el último recurso, pero en caso de hacerla una luxación o derribo se hace casi imprescindible, y debe ser ejecutado sin piedad y con las consideraciones del caso (teniendo en cuenta que el filo del arma, si lo tuviera, no nos corte en el proceso). La propia arma puede servir para luxar en el proceso al atacante.

Hay que tener claro que alguien que nos ataca con un arma blanca o de fuego no tiene consideración alguna por nuestra vida (incluso con un palo se puede matar), por eso no podemos dudar a la hora de reducirlo con contundencia (luxando o lesionando el brazo que porta el arma, por ejemplo, de ser necesario). Luego de haber luxado o proyectado o, en su defecto, habiendo propinado un segundo golpe tras el golpe de apertura.

Si se trata de una pistola, se puede usar la misma para luxar los dedos del atacante, desarmarlo y incluso golpearlo con la culata de la misma. Si se trata de un cuchillo, habrá que desarmarlo siempre teniendo en cuenta el filo del mismo y su trayectoria. Y si es un palo, porra o similar, se podrá usar para luxar muñeca o codos, o golpear una vez nos hayamos hecho con el mismo.

Hay que tener en cuenta que si se trata de un arma flexible (cadena, látigo, porra extensible con resorte, etc.) no servirá de mucho un bloqueo, ya que será "superado" por la flexibilidad del arma, que podrá alcanzarnos igual en la cabeza u otra parte del cuerpo que queramos proteger con los antebrazos.

El desarme implica guardarnos el arma en un lugar seguro, no dejarla en el suelo. Muchas veces la propia arma (palo, cuchillo, etc.) puede servir, ahora en nuestras manos, para terminar de intimidar, inmovilizar o reducir al agresor.

Algunos fundamentos más sobre la defensa personal contra armas blancas aquí.


7 - Estrangulaciones.

Titulo este apartado "estrangulaciones" y no "estrangular", ya que es una técnica "ultimo recurso" que, a mi entender, hay que evitar en defensa personal por su potencial riesgo. Paso a explicar por qué.

Estrangular (a veces llamado incorrectamente "ahorcar") es el acto de hacer apretar de alguna forma el cuello de una persona para dejarlo inconsciente. Para alguien que no tiene práctica en ello, no es para nada recomendable y puede parecer un acto muy violento, y por lo tanto no es para nada recomendable. Para aquellos que manejan esta técnica y la ven con otros ojos (luchadores, judokas, practicantes de jujitsu, mma, etc.) lo cierto es que igualmente deben conocer los riesgos y limitaciones de las estrangulaciones en defensa personal.

Lo primero que hay que saber, es que toda estrangulación que llegue a la inconsciencia es riesgosa para la salud de la persona estrangulada. Aunque la mayoría de las veces no hay consecuencias negativas apreciables, lo cierto es que pueden causarse daños cerebrales por falta de riego sanguíneo al cerebro, o generales, por parada cardíaca en caso de pérdida permanente de la respiración. Esto hace, a mi entender, que desde el punto de vista de la autodefensa, las estrangulaciones se tengan que considerar una técnica de último recurso o, en todo caso, para forzar la rendición del atacante, no para dejarlo inconsciente.

Por tanto, pensando en la integridad de la persona estrangulada (porque, no olvidemos, nuestro objetivo es la defensa personal) hay que dejar de estrangular como máximo cuando esta se desmaya, ya que si mantenemos la presión más tiempo, lo que casi con seguridad se quedaría en un simple desmayo, podría pasar a mayores, con los problemas que esto ocasionaría a la persona (mayor posibilidad de daños cerebrales o incluso la muerte) y los consecuentes problemas legales para nosotros.

Hay dos tipos de estrangulaciones, desde el punto de vista del efecto sobre la persona estrangulada: las estrangulaciones aéreas y las sanguíneas. La primera se caracteriza por impedir el paso del aire por la tráquea, ahogando a la persona. La segunda por impedir el paso de la sangre hacia el cerebro. Por ello, la primera es mucho más lenta en hacer efecto (tiempo que pueda aguantar el aire la otra persona) que la segunda (a partir de 10 segundos). Además, las estrangulaciones que afectan a la tráquea puede dejar lesiones que hagan que, aún después de soltar a la persona, esta no pueda seguir respirando, por lo que son aún más peligrosas en ese sentido. Por supuesto, ambas pueden darse al mismo tiempo, pero alguien que domina la técnica sabe ejecutarlas separadamente sin mayores inconvenientes.

Por último, hay que saber que hay estrangulaciones que en realidad lo que hacen es luxar la columna cervical, ya sea en exclusividad o al mismo tiempo que impiden el paso de aire a los pulmones y/o de sangre al cerebro. La más característica es la conocida como "mata león". El riesgo mortal de esta estrangulación, sobre todo aplicada a personas sin experiencia o entrenamiento (fortalecimiento del cuello, etc.) es evidente. Deben ser el último recurso, ya que pueden causar una lesión medular a nivel cervical que deje parpléjica o incluso mate a la persona.


8 - Lucha en el Suelo.

Es normal que cualquier pelea o lucha termine en el suelo. Mucho más normal de lo que muchos creen, sobre todo cuando los que se enfrentan (o al menos uno de ellos) no son precisamente profesionales de la defensa personal; algo que es de esperarse, sobre todo en el caso del atacante, que será casi siempre, por definición, irracional en su accionar inicial. Y digo irracional porque, ¿qué podría justificar atacar a una persona que no lo atacó a uno previamente?

Por tanto, llegado al piso o al suelo, las reglas para pelear varían bastante debido a que, por decirlo de alguna manera, hay que luchar contra un contrincante más que no cederá por mucho que hagamos: el suelo.

Sería irrisorio intentar explicar técnicas de lucha en el suelo por este medio, ya que aunque lo lograra en la teoría, usted no por ello tendrá más posibilidades en la práctica. Sin embargo, a título informativo, puedo mencionar someramente las posibilidades y principios que rigen la lucha en el piso.

Lo primero que hay que saber es que el suelo, además de ser un contexto donde también darse y recibirse cualquier tipo de golpe, es más bien ideal para la aplicación de palancas (luxaciones) estrangulaciones (ahorcamientos) o inmovilizaciones (retenciones).

Ya hablamos de las luxaciones, solo agregar que en el suelo el peso del cuerpo bien utilizado puede hacerlas incluso más peligrosas, aunque se realicen "lentamente", y que para poder luxar primero habrá que haber controlado al oponente. Lo mismo dicho ya para las estrangulaciones se aplica en este caso, y también lo que acabo de mencionar del control, que siempre requiere unos buenos puntos de apoyo en el piso.

Las inmovilizaciones o retenciones en el suelo son el acto de hacer que la persona permanezca sin moverse, normalmente debajo de nuestro, total o parcialmente. Si bien en judo, jujitsu, lucha libre, sambo y otras disciplinas donde se practican tienen a nivel deportivo un gran efectividad, en la lucha en el suelo aplicada a la defensa personal pueden ser, a mi entender, contraproducentes.

La razón es evidente: mientras que inmovilizamos a alguien, este puede asestarnos golpes o patadas, mordernos, meternos los dedos en cualquier orificio natural (acciones no permitido por la mayoría de los deportes de lucha) o, en el peor de los casos, cortarnos con un arma blanca, etc. Además, si luchamos contra más de una persona, tiene menos sentido quedarse sobre él para inmovilizarlo cuando otros pueden atacarnos en el ínterin. Por último, aunque logremos reducirlo e inmovilizarlo, habría que esperar en esa posición la llegada de ayuda o lo que fuera, cosa para nada práctica.
Por último, no hay que olvidar que el suelo en la calle no es un tatami o una colchoneta. Es decir, podemos lesionarnos simplemente por estar en el suelo: vidrios, un cordón donde nos golpeamos la cabeza, piedras, etc. Lo peor que puede pasarnos, desde el punto de vista de la defensa personal, es que nosotros caigamos al suelo y nuestro atacante siga de pie, porque ahí podrían llover las patadas, etc... En ese caso, si no podemos levantarnos y sabemos luchar en el suelo, más vale arrastrar a nuestro atacante al suelo con nosotros que permanecer en inferioridad de condiciones.

9 - Huir, esperar a las autoridades o transportar al atacante inmovilizado.

Este paso, aunque el último y poco considerado cuando se habla de defensa personal, es totalmente fundamental.

Lo que hayamos hecho antes, influirá en como termine nuestra defensa: con una persona inmovilizada, o con una persona incapacitada para seguir atacando. Si es el primer caso podemos contar con el factor sorpresa (dejarla y salir corriendo) transportarla hasta una comisaría o esperar ayuda de las autoridades si fueron alertadas. Si es el segundo caso, en mi opinión, deberemos abandonar la zona lo antes posible para evitar complicaciones legales.

Transportar a una persona inmovilizada no es algo fácil, sobre todo si esta se resiste. Hay que saber hacerlo y en cualquier caso es una situación incómoda que hay que tratar de evitar salvo que seamos un agente de la ley y no tengamos otra opción que llevarla a cabo. De hecho, la principal diferencia entre la defensa personal en general, y la defensa personal policial, radica en que un policía debe siempre concluir su defensa en la inmovilización (esposado) y transporte del atacante.

  • Si se va a recibir un golpe.

Si no podemos esquivar y/o desviar, un golpe, o acortar la distancia hacia él, sólo queda recibirlo ("encajarlo") de forma tal que nos haga el menor daño posible:
  1. Si el golpe es en la cara o mandíbula, hay que procurar no tener la boca abierta, y apretar fuerte los dientes a la vez que ponemos rígidos los músculos del cuello, evitando que la cabeza rote absorbiendo el impacto (para impedir una posible lesión cervical, que podría ser fatal o dejarnos fuera de combate).
  2. Si es al abdomen, contraer los músculos del torso de forma tal que éstos impidan posibles daños a órganos internos, aunque las costillas puedan verse afectadas (para eso está la caja torácica, para proteger los órganos vitales).
  3. Siempre es preferible recibir un golpe en la frente o la parte alta de la cabeza que en la nariz, la mandíbula, las orejas o la sien, que son zonas más débiles o sensibles. Un golpe a la mandíbula puede dejarnos inconscientes, uno en la sien matarnos por ser esta parte del cráneo muy fina.
  4. Algunos recomiendan no cerrar los ojos o parpadear, para poder seguir luchando luego del golpe sin perder la visión del combate. Sin embargo, el no parpadear es un instinto difícil de evitar, sobre todo si se recibe un golpe directo en los ojos, por lo que no es algo que debamos plantearnos hacer de forma realista, salvo que lo hayamos entrenado previamente y lo tengamos debidamente automatizado como reflejo.

Notas
[1] Entendiendo por armas cualquier objeto que puede ser usado para defendernos.
[2] Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.
[3] Que normalmente causan dolor o pérdida de conciencia, pero que son igualmente peligrosos.

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal (II)

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal, entendiendo esta como un punto de partida teórico para el estudio de situaciones infinitas e impredecibles en la práctica en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Segunda Parte.

INDICE
  1. La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa
  2. Definiciones y conceptos 
  3. Estructura estratégica para una defensa personal ideal. 
  4. Estructura táctica para una defensa personal ideal. 
  5. Estructura técnica para una defensa personal idea (distintos tipos de ataques, ataques con o sin armas, lo que no hay que hacer). 
  6. Defensa ante un ataque sin armas o con armas blancas (postura de defensa, esquiva, control, bloqueo, golpes, luxaciones, proyecciones, estrangulaciones, lucha en el suelo, desarmar, huir, etc.).

  • Estructura técnica para una defensa personal ideal.

"No hay ejemplo de un país que se haya beneficiado con una guerra prolongada."
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

La técnica puede entenderse como la habilidad para usar determinados procedimientos o recursos, para ejecutar o conseguir un objetivo. También como los recursos que tiene un arte, en este caso el arte de la defensa personal, entendida como un arte o disciplina marcial.

Traducido a lo que nos ocupa, esto significa saber dominar nuestro cuerpo o determinadas armas para usarlas para la defensa personal.

Las técnicas de defensa se pueden dividir, en principio, dependiendo de si el agresor nos ataca con o sin armas, ya que esa será una de las condiciones que determinen el tipo de defensa a aplicar.

Distintos tipos de ataques


Ataques sin armas.

Existen muchas formas de clasificar los ataques sin arma o cuerpo a cuerpo, una de ellas es la siguiente:

a) - Ataque con puño o mano abierta: rectilíneo o circular, ascendente o descendente.

b) - Ataque con patada: rectilínea o circular, ascendente o descendente.

c) - Ataque con lances o técnicas que busquen arrojar al adversario al suelo: de brazos, de cadera, de piernas o de sacrificio del equilibrio.

d) - Ataque con palancas, luxaciones o roturas de huesos o articulaciones: en particular y normalmente a las articulaciones de los dedos, columna, muñecas, brazos, rodillas y tobillos. En general, a cualquier articulación o hueso del cuerpo.

e) - Ataques dirigidos a zonas genitales o sensible: dedos en los ojos, nariz, boca; daño a los testículos, pechos, etc.

Ataques con armas.

Aunque no debemos olvidar que cualquier objeto puede convertirse en un arma, normalmente podremos ser atacados con alguna de los siguientes tipos de armas:

a) - Ataques con armas de fuego. Automáticas, semiautomáticas o de recarga manual.

b) - Ataques con armas blancas. Pueden ser punzantes, cortantes, arrojadizas o contundentes.

c) - Ataques con armas químicas. Gases lacrimógenos o incapacitantes en spray o gel.

d) - Ataque con armas eléctricas: porra o pistolas eléctricas.

- Algunas de las cosas que NO hay que hacer.

Siempre es más fácil y mejor saber antes lo que no hay que hacer, por eso ante todo recuerde lo siguiente:

Lo NO hay que hacer
  1. Priorizar el uso de la fuerza al de la técnica, sobre todo ante adversarios claramente más fuertes.
  2. Bloquear un ataque con arma blanca sin apartarse de su trayectoria (esquiva). Puede que no salga bien, con fatales consecuencias.
  3. Apartarse o salir de la trayectoria de un ataque con arma blanca hacia la dirección en que viene el golpe (algo obvio en la teoría, pero no tan fácil de llevar a la práctica como una reacción automática).
  4. Bloquear solamente un una mano un ataque de arma blanca, si es posible hacerlo con las dos.
  5. Inmovilizar a un atacante sin haberlo desarmado previamente.
  6. Luego de desarmar a un agresor, olvidar guardarnos el arma.
  7. Dar la espalda a los atacantes cuando podemos evitarlo, o realizar técnicas que culminen en una posición desde la cual no se pueda ver a los agresores o apreciar la situación en conjunto, el entorno y las posibilidades de defensa que nos brinda.
  8. Utilizar técnicas, llaves, lances, patadas, golpes de puño, palancas o (e definitiva) cualquier tipo de ataque o estilo marcial que implique una pérdida o sacrificio del equilibrio, o caer al suelo (sutemi waza en judo). Recordemos que el suelo de la calle no es un tatami, pueden existir vidrios u otros objetos que no hieran o dañen al caer.
  9. Parar patadas ascendentes con la axila, ya que pueden llevar a dislocar el hombro. En todo caso hay que agarrar la pierna, luego de esquivar la patada, desde abajo, enganchándola con el brazo a la altura del hueco de la articulación del codo.
  10. Patear con la punta de los dedos del pie. Hacerlo con la planta o el empeine, salvo que se use un tipo de calzado con punta reforzada.
Estos no dejan de ser solo algunos principios que hay que tomar como reglas. Pero por la misma razón, dado un caso lógico que lo justifique, pueden ser dejados de lado. Porque en última instancia en defensa personal nos manejamos con la realidad, no con las teoría. No podemos darnos el lujo de ser dogmáticos y sufrir las consecuencias.

Por ejemplo, bajo determinadas circunstancias, artistas marciales entrenados podrán tener la habilidad de patear con la punta de los pies, bloquear con una mano cuando es más eficiente hacerlo con dos, cuando la otra mano (imaginemos) está inmovilizada o lesionada.

Continúa aquí..:

martes, 13 de enero de 2015

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal (I)

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal, entendiendo esta como un punto de partida teórico para el estudio de situaciones infinitas e impredecibles en la práctica en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Primera parte.

INDICE
  1. La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa
  2. Definiciones y conceptos 
  3. Estructura estratégica para una defensa personal ideal. 
  4. Estructura táctica para una defensa personal ideal. 
  5. Estructura técnica para una defensa personal idea (distintos tipos de ataques, ataques con o sin armas, lo que no hay que hacer). 
  6. Defensa ante un ataque sin armas o con armas blancas (postura de defensa, esquiva, control, bloqueo, golpes, luxaciones, proyecciones, estrangulaciones, lucha en el suelo, desarmar, huir, etc.).

  • La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa

El ser humano, al igual que todos los seres, mata una gran cantidad de seres vivos durante el transcurso de su existencia.

Quizás lo haga mayormente en forma inconsciente (sólo quizás...) ¿Quién no ha matado un mosquito sin siquiera pensarlo...y muchas veces, aunque antes o después lo haya considerado, igual lo ha hecho...

En definitiva, desde bacterias, pasando por vegetales y animales superiores, el hombre parece poner en práctica su instinto de asesino nato, contradictoriamente a lo que se suele afirmar, en muchos casos esta parece ser la característica distintiva que se requiere para "ser humano": matar no sólo para comer o para defenderse ante una agresión.

Cuando la forma de un ser vivo empieza a parecer estar hecha "a su imagen y semejanza" el hombre suele detenerse. Aunque sólo a veces....

Sí, aunque sólo a veces... La violencia y lo ataques aunque no lleguen en muchos casos a estos extremos están cada vez más presentes en todas partes.

Podríamos suponer, por el bien de la humanidad, que el hombre mayormente comete este pecado en forma inconsciente. En este (el mejor de los casos) podríamos todavía ser víctima de la inconsciencia, de la inexperiencia, de la negligencia, y de muchas otras vicisitudes, como ser el robo, el vandalismo, etc. muchas de las cuales todos hemos experimentado alguna vez.

Como ciudadano y superviviente en el mundo actual, uno puede estar preparado incluso ante los embates de la Naturaleza, pero los seres humanos y (hablando en general) los seres conscientes, son potencialmente una amenaza por lo menos tan importante como la natural (o parte de ella, si se quiere) , lo que hace imposible que la evitemos y debamos hacerle frente.

Todo esto hace necesario tener en cuenta el arte de la defensa personal.

  • Definiciones y conceptos

"La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad una cuestión de ataque".
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

La defensa personal, como cualquier otro concepto, puede entenderse de distintas formas:

Desde el punto de vista legal (y de forma amplia), la defensa personal se entiende generalmente como el derecho de todo ser humano por defender su persona, y lo que a esta persona afecta directamente, es decir, sus seres queridos y sus bienes.

Desde el punto de vista marcial, la defensa personal es un conjunto de técnicas para lograr defendernos de las agresiones externas a nuestra persona y lo que le afecta directamente. Normalmente ante agresiones urbanas (defensa callejera). Será una defensa realista y eficaz. Puede implicar el uso de armas o no.

Desde el punto de vista deportivo o recreativo, puede entenderse a la defensa personal como una disciplina a seguir por gusto, pasatiempo o desarrollo psicofísico, sin que corra mayor riesgo nuestra integridad física durante dichas prácticas (evitando las lesiones). También puede ser una alternativa a la práctica de un arte marcial no orientado hacia la defensa personal, sino hacia el deporte o el "do". Es decir, una forma de práctica marcial alternativa a deportes de lucha, de combate o artes marciales como Karate, el Judo, el Taekowndo, el Kendo, el Aikido, el Kung Fu, etc., que de hecho se ve como algo natural e incluso constitutivo de estas disciplinas, ya que originalmente eran (o derivaban de) artes dedicadas a la guerra, que ineludiblemente tocaban el aspecto de la defensa personal.

Pero en definitiva, como puede verse, estos son distintos aspectos de un mismo concepto.

Es importante destacar que, si disponiendo del derecho inalienable a la defensa de nuestra persona, no tenemos, sin embargo, la habilidad suficiente para hacerlo valer, este no nos servirá de mucho realmente...o lo hará tanto como puede servirle a un esclavo encadenado los derechos humanos.

Las formas de defensa, tanto con o sin armas [1], son tan amplias como podamos imaginarnos y más, y como sean de amplias las situaciones que pueden presentarse en las cuales sea necesario defendernos. Toda forma de ataque puede ser una forma de defensa si se aplica para protegernos ante un ataque anterior.

Es decir, podemos afirmar sin lugar a dudas que aunque se pueden plantear en las sesiones de práctica una serie de bases o fundamentos para la defensa personal, las posibilidades de defensa son infinitas o ilimitadas, surgidas de las combinaciones de las posibilidades, y los métodos que las disciplinas y artes marciales enseñan, la armas disponibles, el escenario y los actores intervinientes, etc.

No se puede, por tanto, abarcar la totalidad de los sistemas de defensa personal existentes, ni tampoco (al no poder conocerlos, ni mucho menos dominarlos todos) saber cual es el mejor. El que dice que un sistema de defensa personal (o arte marcial, llegado el caso) es el mejor, es o un mentiroso o un ignorante. Solo hay sistemas de defensa efectivos o inefectivos; que sean mejores o peores dependerá no sólo de nuestra habilidad para utilizarlos, sino de las circunstancias, lo cual implica incluso la suerte o el destino, según cómo se lo quiera interpretar.

Sin embargo, como ocurre con los primeros auxilios, lo principal es empezar por aprender las cosas que nunca debemos hacer en determinada situaciones, ya que el resultado será potencialmente desastroso para nosotros, o todo el contrario al que pretendemos al intentar defendernos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que al igual que puede suceder con la física o cualquier otra ciencia exacta, el estudio y la práctica de la defensa personal implica basarse en el análisis de condiciones y ideales y/o probables en las cuales podríamos vernos involucrados reaccionando según podamos y nos lo permitan, por un lado nuestros conocimiento y habilidades físicas en defensa personal, y por el otro las circunstancias dadas.

Como sucede en la ciencias exactas, en la realidad, en la calle, nunca se va a dar esa situación ideal analizada por nosotros mientras aprendíamos o practicábamos un experimento en el papel. Es por eso que la defensa personal tiene que plantearse, según lo entiendo, de forma abierta y desestructurada, en el sentido de aprender a reaccionar con nuestro bagaje técnico o marcial ante las situaciones dadas (impredecibles), y nunca ante lo que "esperamos" que suceda o creemos que "tendría que" haber pasado.

De acuerdo a esto, lo principal es también saber mirar ("zanchin") y comprender lo que sucede y a partir de ahí determinar las opciones que tenemos disponibles para defendernos, ya sea huir o responder a la agresión en alguna medida. Porque es cierto que cuanto más sepamos, tanto física como intelectualmente, más posibilidades tendremos para defendernos  (al menos en teoría, y dejando de lado el factor suerte).

A esto que voy a desarrollar en estas líneas llamaré entonces "defensa personal ideal". No porque sea perfecta, sino por todo lo contrario: porque es un punto de partida teórico para el estudio de situaciones que en la práctica son infinitas e impredecibles en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Es decir, lo "ideal" (teoría) nunca puede representar a la realidad, y como tal hay que tomarla, con pinzas.

Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Esto nos dará una visión completa, ya que tendremos en cuenta tanto los aspectos generales y globales, previendo y previniendo situaciones que se dan comúnmente, como los aspectos prácticos y específicos de situaciones concretas, y alguna de las formas de resolverlas.

  • Estructura estratégica para una defensa personal ideal.

"El general que gana un batalla hace muchos cálculos entre sus sienes antes de librarla. El general que pierde una batalla, hace sólo unos pocos cálculos de antemano. De esta manera, muchos cálculos conducen a la victoria y pocos a la derrota: cuanto más, si no hace cálculo alguno. Es en consideración a éste punto que puedo prever quién probablemente ganará o perderá."
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

La estrategia es el arte de dirigir las operaciones de combate o militares. En este caso no hay otro "ejército" que nosotros mismos, por supuesto, pero la defensa personal impone plantear la estrategia general a seguir ante determinadas situaciones, para tener claro el rumbo general que debemos tomar. Si se quiere, nuestro organismo sería el ejercito que debemos tener bien organizado para que la defensa personal sea eficaz.

La estrategia, en este contexto, nos ayuda a tener claro cual es el objetivo de la defensa personal.

Tal como la entiendo, no es el ataque ni la pelea, o el daño a las personas que nos molestan o atacan, tampoco es el "quedar bien", demostrar valentía o no parecer un cobarde. Sino simplemente la defensa de uno mismo y lo que nos interesa. Tener esto claro es la mejor estrategia en principio.

Evaluar lo que podemos ganar y lo que podemos perder al defendernos es lo siguiente que hay que tener claro. Es decir "Aquel que desea luchar debe calcular el costo primero". [2]

Los siguientes puntos estratégicos son algunos de los más importantes a tener en cuenta:

a) - Saber que la mejor defensa es no llegar a utilizar la violencia para defenderse, pero igualmente no ser agredido. Es decir, haber evitado el ataque con la palabra o con actitudes que no impliquen violencia, o hacer que nunca se llegue a producir.

Recordemos que los insultos no son golpes, no deben dañarnos ni provocarnos de forma alguna entrando en una escalada de agresiones no proporcional ni deseada. En definitiva, saber que nuestra primera arma defensiva como seres humanos es la inteligencia y su aplicación no violenta.

b) - Saber cual será nuestro nivel de reacción defensiva ante una agresión dada. En mi opinión, la defensa (para ser considerada como tal) debe ser proporcional al ataque recibido, aunque este es un punto discutible en algunas situaciones prácticas.

Esto significa, primeramente, que la defensa no debe ser nunca inferior al daño que se nos quiso causar, si esto implica quedar expuestos a que se reitere el ataque. Por ejemplo, si se nos ataca con un cuchillo, y logramos desviar el ataque, pero no procuramos reducir y desarmar al atacante, o dañar el brazo con el que porta el cuchillo si no deja que lo desarmemos con seguridad, nos expondremos a que vuelva a atacarnos cuando damos por concluida la pelea, o no poder huir con seguridad si queremos hacerlo.

Pero esta reacción proporcional también implica que la defensa personal tampoco debe ser superior en intensidad al ataque recibido. Y esto tanto por cuestiones legales (puede considerase un ensañamiento o abuso de fuerza, y acusársenos penalmente por ello) como por cuestiones de eficiencia. Esto nos lleva a recalcar una vez más un punto muy importante:

En defensa personal nuestro objetivo es defendernos, no pelear ni castigar. Todo lo demás es accesorio y por lo tanto una pérdida de tiempo y fuerza).

Siguiendo con el mismo ejemplo, si alguien nos ataca con un cuchillo, y por la forma en que nos defendemos resulta herido de gravedad o muerto, la respuesta habrá sido claramente excesiva y podría traernos problemas.

c) - Saber cuando no es posible una defensa activa. Por ejemplo, no actuar contra alguien armado con un arma de fuego cuando nosotros estamos desarmados, salvo que sea absolutamente imprescindible; o no actuar cuando estamos claramente en inferioridad de condiciones si es posible defenderse de forma alternativa.

Es decir, saber identificar correctamente el tipo de peligro al que nos enfrentamos para actuar (o no) en consecuencia.

d) - Mantener la serenidad y la tranquilidad durante el ataque y la defensa. Ya que es un hecho innegable que el pánico y las reacciones irracionales no ayudan cuando tenemos que defendernos, debemos evitar a toda costa no caer en ellas.

Es decir, mantener siempre el autocontrol.

e) - No creerse superiores a los atacantes. Subestimar a un agresor puede ser fatal, ser humilde es la mejor estrategia en este sentido.

Recuerde que el potencial de agresión de una persona que busca atacarnos es siempre indeterminado para nosotros, incluso aunque creamos conocer a dicha persona.

f) - Saber qué hacer después de haberse defendido. Deberemos responder de antemano a las siguientes preguntas, entre otras:

- ¿Huiremos o nos quedaremos a esperar o llamar a las fuerzas del orden?
- ¿Qué haremos una vez hayamos reducido al atacante? ¿tenemos forma de inmovilizarlo?
- ¿Qué haremos si reducimos a un atacante pero hay varios más? ¿y si lo acompañan familiares, cómo reaccionarán?
- ¿Qué haremos si alguien resulta gravemente herido o incluso muerto por nuestra culpa?
- ¿Qué haremos si los heridos o muertos son los agresores?
- ¿Qué haremos si los heridos o muertos son familiares o seres queridos, o gente que no estaba implicada en la agresión pero sí en la defensa?
- ¿Qué haremos si nosotros mismos somos los heridos?

Evidentemente, estas son sólo algunas preguntas de muchas que pueden plantearse.

g) - Conocer la ley en lo que atañe a la defensa personal. Esta varía dependiendo el país en que no encontremos, conocerla nos permitirá saber hasta donde podemos llegar sin transformarnos (ante la ley) en los agresores o los responsables de un delito que puede hacer que acabemos en la cárcel por algunos meses, o por muchos años.

No olvidemos que el no conocer la ley no nos exime de su cumplimento...así que siempre es mejor conocerla que resultar después perjudicados por simple ignorancia.

Esto nos permitirá responder a preguntas como las siguientes:

- ¿Cuándo se trata de "legítima defensa"? ¿Qué situación se considera de defensa personal o, contrariamente, de "ataque" por nuestra parte?
- ¿Qué podemos legalmente hacer si encontramos a alguien robando nuestra casa o alguno de nuestros bienes?
- ¿Matar a alguien en defensa propia es legal? ¿y lastimarlo? ¿cuál es el límite?
- ¿Cuándo puede utilizarse legalmente un arma de fuego? ¿y un arma blanca?
- ¿En qué se diferencia un asesinato de un homicidio?
- Y un largo etcétera que hace que siempre debamos tener entre nuestros números de teléfono el de un buen abogado...

  • Estructura táctica para una defensa personal ideal.

"Planear secretamente, moverse subrepticiamente, frustrar las intenciones del enemigo y obstaculizar sus proyectos, de manera que al final pueda ganarse sin derramar una sola gota de sangre."
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

Desde el punto de vista marcial, la táctica es el arte de disponer, mover o emplear la fuerza bélica para el combate o la lucha. Pensar de forma táctica significa preocuparse por situaciones más concretas que las que afectan a los planteamientos estratégicos, pero no tan concreta como las que ocupan a los aspectos técnicos.

Básicamente existen dos planteamientos tácticos en defensa personal que hay que saber cuando aplicar. Estos son:

+ El huir o escapar.

+ El luchar o combatir.

Ambas son formas de defensa, pese a que la primera tenga peor fama que la segunda.

Contrariamente a lo que puede intuitivamente pensarse teniendo en cuenta los conceptos de valentía y honor, tan afines a las artes marciales, en defensa personal, hablando estrictamente, el huir, el no luchar, es la defensa más efectiva que puede pensarse. Se cumple el objetivo de defenderse sin correr el riesgo de una confrontación directa: máxima eficacia con el mínimo esfuerzo.

Pero la táctica para llevar a cabo esta estrategia variará si:

- estamos solos contra un adversario, o contra varios,

- o estamos con una o más personas que sabemos pueden participar activamente en la defensa (o no),

- si los adversarios tienen armas o no (o si pueden tenerlas) si son estas armas blancas o de fuego, etc. etc.

Las posible situaciones tácticas son tan variadas como posibilidades pueden darse, aunque las anteriores son quizás una buena base para empezar a plantearse los dilemas que hay que resolver en defensa personal.

Además, siempre debemos tener en cuenta:
  1. Las posibles vías de escape. ¿Es recomendable escapar sin luchar? Es decir, tener conciencia de las distancias que nos separan del atacante, del radio de acción de sus armas, del terreno y de la cercanía de un lugar seguro al que queremos dirigirnos para ocultarse o cubrirse, etc.
  2.  Determinar que es lo que tenemos que proteger prioritariamente: nuestra persona, nuestros acompañantes, persona a la que custodiamos, etc.
  3. El factor numérico: estamos en inferioridad o superioridad numérica. Si estamos acompañados de una persona a la que debemos proteger y que no nos puede brindar ayuda o viceversa.
  4. En caso de la existencia de más de un atacante, determinar cual es el agresor más peligroso: el que va armado o el que es el líder, el que toma la iniciativa, etc. Neutralizarlo primero si es posible.
  5. El ponderar el lugar o escenario en donde se desarrolla la acción: evaluar rápidamente si nos beneficia o si debemos intentar buscar uno más adecuado.
  6. Si tenemos posibilidades reales de ganar utilizando la violencia, evaluar lo que podemos ganar versus lo que podemos perder, el peligro real (¿hay otras opciones de defensa más eficaces?).
  7. Si tomamos la decisión de defendernos, tomar a su vez la iniciativa, o utilizar el factor sorpresa si es posible.
  8. Si nos defendemos activamente, lo más rápido posible, para después poder huir, no sería inteligente retener o intentar inmovilizar a la víctima.
  9. Las técnicas de defensa sin armas de fuego deben buscar ser rápidas y atacar los puntos vitales para dejar incapacitado lo más eficazmente posible al agresor, es decir, buscar el KO (KnockOut) o fuera de combate (ver descripción de algunos de los puntos vitales del cuerpo humano más adelante).
  10. Si nosotros mismos somos personal policial o de algún tipo de fuerzas de seguridad, evidentemente nuestras tácticas irán orientadas a la inmovilización y posterior captura del o los agresores. Aquí la defensa personal se transforma en defensa de la seguridad pública, que obliga a que el representante de la fuerza de seguridad adopte una estrategia de "nunca puede perder" actuando bajo órdenes, por lo que la situación se encarada de forma muy diferente a cómo lo haría tácticamente un civil. De ahí que muchas veces se diferencien, ya desde el comienzo, las técnicas de defensa personal de las llamadas de "defensa personal policial"
  11. Todas estas situaciones deben plantearse, simularse y practicarse para encontrar las mejores soluciones posibles que nos permitirán tener claro qué hacer cuando se den en la realidad casos parecidos.
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