Dojomarcial: Bases o fundamentos para la defensa personal ideal (I)

martes, 13 de enero de 2015

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal (I)

Bases o fundamentos para la defensa personal ideal, entendiendo esta como un punto de partida teórico para el estudio de situaciones infinitas e impredecibles en la práctica en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Primera parte.

INDICE
  1. La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa
  2. Definiciones y conceptos 
  3. Estructura estratégica para una defensa personal ideal. 
  4. Estructura táctica para una defensa personal ideal. 
  5. Estructura técnica para una defensa personal idea (distintos tipos de ataques, ataques con o sin armas, lo que no hay que hacer). 
  6. Defensa ante un ataque sin armas o con armas blancas (postura de defensa, esquiva, control, bloqueo, golpes, luxaciones, proyecciones, estrangulaciones, lucha en el suelo, desarmar, huir, etc.).

  • La necesidad del estudio y la práctica de la defensa personal o autodefensa

El ser humano, al igual que todos los seres, mata una gran cantidad de seres vivos durante el transcurso de su existencia.

Quizás lo haga mayormente en forma inconsciente (sólo quizás...) ¿Quién no ha matado un mosquito sin siquiera pensarlo...y muchas veces, aunque antes o después lo haya considerado, igual lo ha hecho...

En definitiva, desde bacterias, pasando por vegetales y animales superiores, el hombre parece poner en práctica su instinto de asesino nato, contradictoriamente a lo que se suele afirmar, en muchos casos esta parece ser la característica distintiva que se requiere para "ser humano": matar no sólo para comer o para defenderse ante una agresión.

Cuando la forma de un ser vivo empieza a parecer estar hecha "a su imagen y semejanza" el hombre suele detenerse. Aunque sólo a veces....

Sí, aunque sólo a veces... La violencia y lo ataques aunque no lleguen en muchos casos a estos extremos están cada vez más presentes en todas partes.

Podríamos suponer, por el bien de la humanidad, que el hombre mayormente comete este pecado en forma inconsciente. En este (el mejor de los casos) podríamos todavía ser víctima de la inconsciencia, de la inexperiencia, de la negligencia, y de muchas otras vicisitudes, como ser el robo, el vandalismo, etc. muchas de las cuales todos hemos experimentado alguna vez.

Como ciudadano y superviviente en el mundo actual, uno puede estar preparado incluso ante los embates de la Naturaleza, pero los seres humanos y (hablando en general) los seres conscientes, son potencialmente una amenaza por lo menos tan importante como la natural (o parte de ella, si se quiere) , lo que hace imposible que la evitemos y debamos hacerle frente.

Todo esto hace necesario tener en cuenta el arte de la defensa personal.

  • Definiciones y conceptos

"La invencibilidad es una cuestión de defensa, la vulnerabilidad una cuestión de ataque".
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

La defensa personal, como cualquier otro concepto, puede entenderse de distintas formas:

Desde el punto de vista legal (y de forma amplia), la defensa personal se entiende generalmente como el derecho de todo ser humano por defender su persona, y lo que a esta persona afecta directamente, es decir, sus seres queridos y sus bienes.

Desde el punto de vista marcial, la defensa personal es un conjunto de técnicas para lograr defendernos de las agresiones externas a nuestra persona y lo que le afecta directamente. Normalmente ante agresiones urbanas (defensa callejera). Será una defensa realista y eficaz. Puede implicar el uso de armas o no.

Desde el punto de vista deportivo o recreativo, puede entenderse a la defensa personal como una disciplina a seguir por gusto, pasatiempo o desarrollo psicofísico, sin que corra mayor riesgo nuestra integridad física durante dichas prácticas (evitando las lesiones). También puede ser una alternativa a la práctica de un arte marcial no orientado hacia la defensa personal, sino hacia el deporte o el "do". Es decir, una forma de práctica marcial alternativa a deportes de lucha, de combate o artes marciales como Karate, el Judo, el Taekowndo, el Kendo, el Aikido, el Kung Fu, etc., que de hecho se ve como algo natural e incluso constitutivo de estas disciplinas, ya que originalmente eran (o derivaban de) artes dedicadas a la guerra, que ineludiblemente tocaban el aspecto de la defensa personal.

Pero en definitiva, como puede verse, estos son distintos aspectos de un mismo concepto.

Es importante destacar que, si disponiendo del derecho inalienable a la defensa de nuestra persona, no tenemos, sin embargo, la habilidad suficiente para hacerlo valer, este no nos servirá de mucho realmente...o lo hará tanto como puede servirle a un esclavo encadenado los derechos humanos.

Las formas de defensa, tanto con o sin armas [1], son tan amplias como podamos imaginarnos y más, y como sean de amplias las situaciones que pueden presentarse en las cuales sea necesario defendernos. Toda forma de ataque puede ser una forma de defensa si se aplica para protegernos ante un ataque anterior.

Es decir, podemos afirmar sin lugar a dudas que aunque se pueden plantear en las sesiones de práctica una serie de bases o fundamentos para la defensa personal, las posibilidades de defensa son infinitas o ilimitadas, surgidas de las combinaciones de las posibilidades, y los métodos que las disciplinas y artes marciales enseñan, la armas disponibles, el escenario y los actores intervinientes, etc.

No se puede, por tanto, abarcar la totalidad de los sistemas de defensa personal existentes, ni tampoco (al no poder conocerlos, ni mucho menos dominarlos todos) saber cual es el mejor. El que dice que un sistema de defensa personal (o arte marcial, llegado el caso) es el mejor, es o un mentiroso o un ignorante. Solo hay sistemas de defensa efectivos o inefectivos; que sean mejores o peores dependerá no sólo de nuestra habilidad para utilizarlos, sino de las circunstancias, lo cual implica incluso la suerte o el destino, según cómo se lo quiera interpretar.

Sin embargo, como ocurre con los primeros auxilios, lo principal es empezar por aprender las cosas que nunca debemos hacer en determinada situaciones, ya que el resultado será potencialmente desastroso para nosotros, o todo el contrario al que pretendemos al intentar defendernos.

Por otro lado, hay que tener en cuenta que al igual que puede suceder con la física o cualquier otra ciencia exacta, el estudio y la práctica de la defensa personal implica basarse en el análisis de condiciones y ideales y/o probables en las cuales podríamos vernos involucrados reaccionando según podamos y nos lo permitan, por un lado nuestros conocimiento y habilidades físicas en defensa personal, y por el otro las circunstancias dadas.

Como sucede en la ciencias exactas, en la realidad, en la calle, nunca se va a dar esa situación ideal analizada por nosotros mientras aprendíamos o practicábamos un experimento en el papel. Es por eso que la defensa personal tiene que plantearse, según lo entiendo, de forma abierta y desestructurada, en el sentido de aprender a reaccionar con nuestro bagaje técnico o marcial ante las situaciones dadas (impredecibles), y nunca ante lo que "esperamos" que suceda o creemos que "tendría que" haber pasado.

De acuerdo a esto, lo principal es también saber mirar ("zanchin") y comprender lo que sucede y a partir de ahí determinar las opciones que tenemos disponibles para defendernos, ya sea huir o responder a la agresión en alguna medida. Porque es cierto que cuanto más sepamos, tanto física como intelectualmente, más posibilidades tendremos para defendernos  (al menos en teoría, y dejando de lado el factor suerte).

A esto que voy a desarrollar en estas líneas llamaré entonces "defensa personal ideal". No porque sea perfecta, sino por todo lo contrario: porque es un punto de partida teórico para el estudio de situaciones que en la práctica son infinitas e impredecibles en cuanto a las posibilidades de ataques y agresiones que pueden darse, y las formas de defensa con las que podemos reaccionar a los mismos. Es decir, lo "ideal" (teoría) nunca puede representar a la realidad, y como tal hay que tomarla, con pinzas.

Dividiré este estudio de la defensa personal en tres fases: la técnica, la táctica y la estratégica. Esto nos dará una visión completa, ya que tendremos en cuenta tanto los aspectos generales y globales, previendo y previniendo situaciones que se dan comúnmente, como los aspectos prácticos y específicos de situaciones concretas, y alguna de las formas de resolverlas.

  • Estructura estratégica para una defensa personal ideal.

"El general que gana un batalla hace muchos cálculos entre sus sienes antes de librarla. El general que pierde una batalla, hace sólo unos pocos cálculos de antemano. De esta manera, muchos cálculos conducen a la victoria y pocos a la derrota: cuanto más, si no hace cálculo alguno. Es en consideración a éste punto que puedo prever quién probablemente ganará o perderá."
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

La estrategia es el arte de dirigir las operaciones de combate o militares. En este caso no hay otro "ejército" que nosotros mismos, por supuesto, pero la defensa personal impone plantear la estrategia general a seguir ante determinadas situaciones, para tener claro el rumbo general que debemos tomar. Si se quiere, nuestro organismo sería el ejercito que debemos tener bien organizado para que la defensa personal sea eficaz.

La estrategia, en este contexto, nos ayuda a tener claro cual es el objetivo de la defensa personal.

Tal como la entiendo, no es el ataque ni la pelea, o el daño a las personas que nos molestan o atacan, tampoco es el "quedar bien", demostrar valentía o no parecer un cobarde. Sino simplemente la defensa de uno mismo y lo que nos interesa. Tener esto claro es la mejor estrategia en principio.

Evaluar lo que podemos ganar y lo que podemos perder al defendernos es lo siguiente que hay que tener claro. Es decir "Aquel que desea luchar debe calcular el costo primero". [2]

Los siguientes puntos estratégicos son algunos de los más importantes a tener en cuenta:

a) - Saber que la mejor defensa es no llegar a utilizar la violencia para defenderse, pero igualmente no ser agredido. Es decir, haber evitado el ataque con la palabra o con actitudes que no impliquen violencia, o hacer que nunca se llegue a producir.

Recordemos que los insultos no son golpes, no deben dañarnos ni provocarnos de forma alguna entrando en una escalada de agresiones no proporcional ni deseada. En definitiva, saber que nuestra primera arma defensiva como seres humanos es la inteligencia y su aplicación no violenta.

b) - Saber cual será nuestro nivel de reacción defensiva ante una agresión dada. En mi opinión, la defensa (para ser considerada como tal) debe ser proporcional al ataque recibido, aunque este es un punto discutible en algunas situaciones prácticas.

Esto significa, primeramente, que la defensa no debe ser nunca inferior al daño que se nos quiso causar, si esto implica quedar expuestos a que se reitere el ataque. Por ejemplo, si se nos ataca con un cuchillo, y logramos desviar el ataque, pero no procuramos reducir y desarmar al atacante, o dañar el brazo con el que porta el cuchillo si no deja que lo desarmemos con seguridad, nos expondremos a que vuelva a atacarnos cuando damos por concluida la pelea, o no poder huir con seguridad si queremos hacerlo.

Pero esta reacción proporcional también implica que la defensa personal tampoco debe ser superior en intensidad al ataque recibido. Y esto tanto por cuestiones legales (puede considerase un ensañamiento o abuso de fuerza, y acusársenos penalmente por ello) como por cuestiones de eficiencia. Esto nos lleva a recalcar una vez más un punto muy importante:

En defensa personal nuestro objetivo es defendernos, no pelear ni castigar. Todo lo demás es accesorio y por lo tanto una pérdida de tiempo y fuerza).

Siguiendo con el mismo ejemplo, si alguien nos ataca con un cuchillo, y por la forma en que nos defendemos resulta herido de gravedad o muerto, la respuesta habrá sido claramente excesiva y podría traernos problemas.

c) - Saber cuando no es posible una defensa activa. Por ejemplo, no actuar contra alguien armado con un arma de fuego cuando nosotros estamos desarmados, salvo que sea absolutamente imprescindible; o no actuar cuando estamos claramente en inferioridad de condiciones si es posible defenderse de forma alternativa.

Es decir, saber identificar correctamente el tipo de peligro al que nos enfrentamos para actuar (o no) en consecuencia.

d) - Mantener la serenidad y la tranquilidad durante el ataque y la defensa. Ya que es un hecho innegable que el pánico y las reacciones irracionales no ayudan cuando tenemos que defendernos, debemos evitar a toda costa no caer en ellas.

Es decir, mantener siempre el autocontrol.

e) - No creerse superiores a los atacantes. Subestimar a un agresor puede ser fatal, ser humilde es la mejor estrategia en este sentido.

Recuerde que el potencial de agresión de una persona que busca atacarnos es siempre indeterminado para nosotros, incluso aunque creamos conocer a dicha persona.

f) - Saber qué hacer después de haberse defendido. Deberemos responder de antemano a las siguientes preguntas, entre otras:

- ¿Huiremos o nos quedaremos a esperar o llamar a las fuerzas del orden?
- ¿Qué haremos una vez hayamos reducido al atacante? ¿tenemos forma de inmovilizarlo?
- ¿Qué haremos si reducimos a un atacante pero hay varios más? ¿y si lo acompañan familiares, cómo reaccionarán?
- ¿Qué haremos si alguien resulta gravemente herido o incluso muerto por nuestra culpa?
- ¿Qué haremos si los heridos o muertos son los agresores?
- ¿Qué haremos si los heridos o muertos son familiares o seres queridos, o gente que no estaba implicada en la agresión pero sí en la defensa?
- ¿Qué haremos si nosotros mismos somos los heridos?

Evidentemente, estas son sólo algunas preguntas de muchas que pueden plantearse.

g) - Conocer la ley en lo que atañe a la defensa personal. Esta varía dependiendo el país en que no encontremos, conocerla nos permitirá saber hasta donde podemos llegar sin transformarnos (ante la ley) en los agresores o los responsables de un delito que puede hacer que acabemos en la cárcel por algunos meses, o por muchos años.

No olvidemos que el no conocer la ley no nos exime de su cumplimento...así que siempre es mejor conocerla que resultar después perjudicados por simple ignorancia.

Esto nos permitirá responder a preguntas como las siguientes:

- ¿Cuándo se trata de "legítima defensa"? ¿Qué situación se considera de defensa personal o, contrariamente, de "ataque" por nuestra parte?
- ¿Qué podemos legalmente hacer si encontramos a alguien robando nuestra casa o alguno de nuestros bienes?
- ¿Matar a alguien en defensa propia es legal? ¿y lastimarlo? ¿cuál es el límite?
- ¿Cuándo puede utilizarse legalmente un arma de fuego? ¿y un arma blanca?
- ¿En qué se diferencia un asesinato de un homicidio?
- Y un largo etcétera que hace que siempre debamos tener entre nuestros números de teléfono el de un buen abogado...

  • Estructura táctica para una defensa personal ideal.

"Planear secretamente, moverse subrepticiamente, frustrar las intenciones del enemigo y obstaculizar sus proyectos, de manera que al final pueda ganarse sin derramar una sola gota de sangre."
Sun-Tzu - El Arte de la Guerra.

Desde el punto de vista marcial, la táctica es el arte de disponer, mover o emplear la fuerza bélica para el combate o la lucha. Pensar de forma táctica significa preocuparse por situaciones más concretas que las que afectan a los planteamientos estratégicos, pero no tan concreta como las que ocupan a los aspectos técnicos.

Básicamente existen dos planteamientos tácticos en defensa personal que hay que saber cuando aplicar. Estos son:

+ El huir o escapar.

+ El luchar o combatir.

Ambas son formas de defensa, pese a que la primera tenga peor fama que la segunda.

Contrariamente a lo que puede intuitivamente pensarse teniendo en cuenta los conceptos de valentía y honor, tan afines a las artes marciales, en defensa personal, hablando estrictamente, el huir, el no luchar, es la defensa más efectiva que puede pensarse. Se cumple el objetivo de defenderse sin correr el riesgo de una confrontación directa: máxima eficacia con el mínimo esfuerzo.

Pero la táctica para llevar a cabo esta estrategia variará si:

- estamos solos contra un adversario, o contra varios,

- o estamos con una o más personas que sabemos pueden participar activamente en la defensa (o no),

- si los adversarios tienen armas o no (o si pueden tenerlas) si son estas armas blancas o de fuego, etc. etc.

Las posible situaciones tácticas son tan variadas como posibilidades pueden darse, aunque las anteriores son quizás una buena base para empezar a plantearse los dilemas que hay que resolver en defensa personal.

Además, siempre debemos tener en cuenta:
  1. Las posibles vías de escape. ¿Es recomendable escapar sin luchar? Es decir, tener conciencia de las distancias que nos separan del atacante, del radio de acción de sus armas, del terreno y de la cercanía de un lugar seguro al que queremos dirigirnos para ocultarse o cubrirse, etc.
  2.  Determinar que es lo que tenemos que proteger prioritariamente: nuestra persona, nuestros acompañantes, persona a la que custodiamos, etc.
  3. El factor numérico: estamos en inferioridad o superioridad numérica. Si estamos acompañados de una persona a la que debemos proteger y que no nos puede brindar ayuda o viceversa.
  4. En caso de la existencia de más de un atacante, determinar cual es el agresor más peligroso: el que va armado o el que es el líder, el que toma la iniciativa, etc. Neutralizarlo primero si es posible.
  5. El ponderar el lugar o escenario en donde se desarrolla la acción: evaluar rápidamente si nos beneficia o si debemos intentar buscar uno más adecuado.
  6. Si tenemos posibilidades reales de ganar utilizando la violencia, evaluar lo que podemos ganar versus lo que podemos perder, el peligro real (¿hay otras opciones de defensa más eficaces?).
  7. Si tomamos la decisión de defendernos, tomar a su vez la iniciativa, o utilizar el factor sorpresa si es posible.
  8. Si nos defendemos activamente, lo más rápido posible, para después poder huir, no sería inteligente retener o intentar inmovilizar a la víctima.
  9. Las técnicas de defensa sin armas de fuego deben buscar ser rápidas y atacar los puntos vitales para dejar incapacitado lo más eficazmente posible al agresor, es decir, buscar el KO (KnockOut) o fuera de combate (ver descripción de algunos de los puntos vitales del cuerpo humano más adelante).
  10. Si nosotros mismos somos personal policial o de algún tipo de fuerzas de seguridad, evidentemente nuestras tácticas irán orientadas a la inmovilización y posterior captura del o los agresores. Aquí la defensa personal se transforma en defensa de la seguridad pública, que obliga a que el representante de la fuerza de seguridad adopte una estrategia de "nunca puede perder" actuando bajo órdenes, por lo que la situación se encarada de forma muy diferente a cómo lo haría tácticamente un civil. De ahí que muchas veces se diferencien, ya desde el comienzo, las técnicas de defensa personal de las llamadas de "defensa personal policial"
  11. Todas estas situaciones deben plantearse, simularse y practicarse para encontrar las mejores soluciones posibles que nos permitirán tener claro qué hacer cuando se den en la realidad casos parecidos.
Continúa aquí..:

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